El primero en llegar, cuando los termómetros marcaban casi los 40 grados, fue Matisyahu.

El calor no fue suficiente para que este rabino judío, que mezcla el reggae y el hip hop, se desprendiera de su sombrero. Tampoco para que aceptara un horario más agradecido, debido, al parecer, a imposiciones religiosas.

Llamó más la atención por su barba sin fin que por sus acordes. En el mismo escenario, pero ante un público considerablemente más numeroso que no paró de aplaudir y vitorear,

Por su parte, Sons & Daughters, todavía poco conocidos para los asistentes, enamoraron con su actitud neo-punk, psicodelia y sus melenas (ellas) a lo 'White Stripes', mientras cien metros más allá The Locos, liderados por Pipi (ex SKA-P) provocaban una hecatombe bailarina entre el público más joven del festival con las mismas fórmulas que consagraron a la banda de ska-rock ya desaparecida.

El brillo de FF

Pero si alguien dio altura y entidad al festival, esos fueron Franz Ferdinand.

Sin apenas artificios escénicos, tan sólo unos juegos de luz, los escoceses dieron cuenta de un sonido impecable y canciones redondas bajo la voz profunda y vigorosa de su frontman.

Este sábado será el turno para The Charlatans, Paul Weller o Surfin' Bichos.

En el 'backstage'

Entre bambalinas, a eso de las 22.00 del viernes, Macaco relataba su compromiso con los pueblos indígenes y su rechazo a la disfusión gratuita de música por Internet ("los artistas tienen que comer" ).

Además, expresó su admiración por los Ferdinand ("a pesar de que no son de mi cuerda") y su amistad e interés por Chambao, ElBicho, Sólo los solo ("el mejor grupo de hip hop español") o Muchachito Bombo Infierno.

Fue el momento en que María Pastor, nuestra usuaria ganadora de un encuentro con Dani Macaco y de un abono doble para el festival, le saludó, le pegó dos besos y se hizo las correspondientes fotos con el artista.

A la izquierda, una imagen de María y Dani Carbonell (Macaco).