La canción alemana Satellite marcó la senda en 2010, la azerí Running Scared lo hizo en 2011 y, en 2012, un buen puñado de países apostarán en el próximo Festival de Eurovisión por canciones cercanas al ámbito de la radiofórmula, con permiso de extravagancias entrañables como el coro de abuelas rusas.

A falta de dos meses para la gran final, que se celebrará el 26 de mayo en Bakú (Azerbaiyán), sólo quedan unos pocos países de los 42 que participan, por desvelar gran parte de sus bazas, esto es, los cantantes y sus canciones.

Vistas y oídas éstas, se confirma que el veterano concurso ha experimentado un giro en los últimos años, primando cada vez más la música que triunfa en las emisoras, en detrimento de las excentricidades que, en 2008, hicieron confluir en una misma edición a Rodolfo Chikilicuatre, a un pavo cantarín y a una "drag queen" vestida como un electroduende.

Las canciones de Suecia, Dinamarca, Alemania, Francia o Noruega son un claro ejemplo de esta apuesta por la comercialidad.

La sorprendente victoria de Lena en 2010 con Satellite mostró que otros caminos eran posibles en Eurovisión. Vestida con un juvenil y sobrio vestido negro, sin apenas aditamentos paramusicales, la germana triunfó con una canción compuesta por la autora de Masterpiece, de Madonna, que este año se hizo con un Globo de Oro a la mejor canción.

Su sucesor en 2012, Roman Lob, participará con Standing Still, un tema compuesto por Jamie Cullum que recuerda a bandas internacionales de pop rock como OneRepublic o The Fray.

Aunque es pronto para sacar conclusiones de las apuestas, a dos meses del festival, Suecia y Dinamarca parecen desmarcarse entre las favoritas.

La expresiva sueca Loreen, que recuerda a su compatriota Lykke Li, interpretará Euphoria, un tema bailable y catártico compuesto por los mismos autores que la balada que llevará Pastora Soler a Azerbaiyán.

Dinamarca ha apostado por otra joven fémina, Soluna Samay, y Should've Known Better, un medio tiempo de pop clásico y vitalista, en la línea de Natalie Imbruglia.

Italia mantiene alta su apuesta tras el honroso segundo puesto de 2011. La elegida, a resultas de su participación en el festival de San Remo, ha sido la conocida cantante Nina Zilli, la Amy Winehouse transalpina, que se mantiene entre las favoritas incluso tras haber cambiado su tema en pos de algo más movidito.

Dicen que la música dance es el nuevo pop. Eso mismo deben pensar en Noruega y en Francia, país al que representará la indonesia Anggun, quien saltó a la fama con Snow on the Sahara. En Bakú cantará Echo (You And I), un cruce entre Kate Ryan y Annie Lennox, con uno de los arranques más singulares de esta edición.

La candidatura noruega cuenta con un joven y atractivo intérprete, Tooji, que además baila, canta y posee exóticos orígenes iraníes, reflejados en una canción con apuntes arabescos que podría haber interpretado Britney Spears.

Hay que destacar la pujanza de las baladas, sobre todo tras la victoria el año pasado del dúo compuesto por Ell y Nikki.

Quédate conmigo, de Pastora Soler, sexta actualmente en las apuestas, destaca en este apartado por su solidez interpretativa y un clímax vocal a la altura de sus posibilidades, aunque son muchas las representantes femeninas con un tema lento.

Las de Soler no serán las únicas frases en español que se oigan en esta edición. La marchosa Love Unlimited de la búlgara Sofi Marinova incluye la frase Yo te quiero a ti en su estribillo y la turgente rumana Mandinga interpretará en este idioma gran parte de su tema Zaleilah, una prolongación musical de Edward Maya.

Pese a todo, Eurovisión es Eurovisión y siempre sobresale alguna candidatura por su peculiaridad. A la británica, con el célebre Engelbert Humperdinck, de 76 años de edad, se unirá la rusa, con el festivo coro de abuelas rusas Buranovskiye Babushki.

No les van a la zaga el joven Donny Montell, que inicia Love is blind con los ojos vendados para pasar a realizar acrobacias entre ritmos funkys, ni la cantautora folk Joan Franka, de Países Bajos, que aparecerá ataviada con un penacho sioux.