A partir de septiembre de 2013, los policías londinenses se enfrentarán a rigurosos controles físicos con regularidad. Aquellos agentes que no superen las pruebas podrían afrontar medidas disciplinarias como una reducción del salario.

El culpable de esta medida es un estudio que revisa las formas de pago en la Metropolitan Police de Londres, que ha puesto de manifiesto el exiguo estado físico de sus agentes. El estudio recalca que más de la mitad padece de sobrepeso, por lo que prepararan unos exigentes test físicos que deberán pasar con asiduidad.

El informe recomienda que aquellos que no consigan superar el examen en al menos tres intentos, sufran medidas disciplinarias. Entre ellas, una reducción de su sueldo.

Los datos del estudio estiman que el 52% de los policías tienen sobrepeso, mientras que un 22% son obesos y uno de cada 100 sufre obesidad mórbida.

"Estoy seguro de que el público se sorprendería al saber que, una vez pasados los exámenes físicos para entrar en la policía, la condición física no vuelve a ser examinada en una carrera profesional de 30 o 35 años", señaló Tom Winsor, autor del informe. Winsor cree que el sistema actual de salario de la policía metropolitana es "injusto y poco eficaz" y "se ha mantenido intacto desde 1978".