Piden 9 años de cárcel para una dependienta acusada de causar sordera parcial a una joven que desordenó ropa

La Fiscalía pide una pena de nueve años de prisión para una joven, que trabajaba como dependienta en un establecimiento del centro comercial de El Saler, acusada de causar sordera parcial a una clienta a la que agredió por desordenar varias prendas de vestir. La acusada ha negado la agresión en el juicio, que se ha celebrado en la sección segunda de la Audiencia Provincial de Valencia, aunque sí ha reconocido que ambas se zarandearon.

La Fiscalía pide una pena de nueve años de prisión para una joven, que trabajaba como dependienta en un establecimiento del centro comercial de El Saler, acusada de causar sordera parcial a una clienta a la que agredió por desordenar varias prendas de vestir. La acusada ha negado la agresión en el juicio, que se ha celebrado en la sección segunda de la Audiencia Provincial de Valencia, aunque sí ha reconocido que ambas se zarandearon.

El incidente tuvo lugar hace ya más de cinco años, el 17 de diciembre de 2006, en una tienda ubicada en el centro de El Saler. La víctima acudió ese día acompañada de una amiga para comprar un suéter a su pareja sentimental. Una vez dentro, según mantiene el ministerio público, ambas desordenaron unas prendas que los empleados acababan de ordenar y colocar.

Las chicas, al percatarse de que las dependientas les estaban señalando, decidieron salir de la tienda, y en ese momento la acusada les interceptó y les impidió la salida, al tiempo que —siempre según el mismo relato— se lanzó encima de una de ellas, la víctima, le dio patadas y puñetazos, le tiró al suelo y, tras colocarse sobre ella, le siguió dando puñetazos en la cara, oídos, abdomen, mandíbula y en la boca.

Como consecuencia de esta agresión, la víctima sufrió en un primer momento movilidad cervical limitada, una contractura bilateral en el cuello, una escoración en la mejilla y hematomas en la mandíbula y en el lóbulo de la oreja. Pasados unos días, la joven comenzó a sufrir síndrome vertiginoso junto a hipoacusia —pérdida parcial de la capacidad auditiva—, náuseas y vómitos.

Al final, a la joven, como consecuencia de la agresión, le han quedado las siguientes secuelas: hipoacusia —de un 70 por ciento en el oído derecho y de un 50 por ciento en el izquierdo—, algo que es irreversible. También sufre un trastorno por estrés postraumático.

Ante estos hechos, la amiga que acompañaba ese día a la víctima ha narrado ante el tribunal que la procesada le agredió sin ningún discusión previa, sin "venir a cuento", y ha dicho que "todo fue muy rápido". Por su parte, la madre de la víctima ha explicado que ella llegó cuando ambas se encontraban en el exterior de la tienda, y vio las agresiones por parte de la procesada.

Frente a ello, la gerente del establecimiento ha declarado que ella oyó cómo la procesada le decía a la víctima "ya está bien", y cómo ésta le respondía "te esperamos fuera". A los minutos, ha señalado que vio a ambas en el exterior, donde hubo "zarandeos", pero ha asegurado que ella no vio ninguna agresión.

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