Paula, una niña de 12 años, se llevó un susto de muerte el pasado 12 de junio, mientras estudiaba en su casa del barrio de Campanar. A las 19.00 horas, oyó la puerta y pensó que su madre volvía de comprar.Pero quienes entraron, con las llaves de la casa, fueron dos hombres de negro, encapuchados, que lo primero que hicieron fue estampar el móvil de la joven contra el suelo.
Según ha relatado su tía a 20 minutos: «La encerraron en la cocina y revolvieron toda la casa, pero como la chiquilla estaba histérica y no dejaba de chillar, cogieron una cuchilla de afeitar y le hicieron un corte en una pierna».
Al ver la sangre, la niña calló y los ladrones acabaron de registrar la casa. «Al final no se llevaron nada y se fueron como entraron», afirma la tía.
Oyó que hacían fotos
Según contó Paula a la Policía, días antes había oído a alguien hacer fotos en el rellano de la escalera. La niña no vio la cara de los asaltantes y, debido a los nervios, no recuerda si tenían acento español o extranjero.
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