Justicia de Aragón sugiere al Ayuntamiento de Teruel que vele por conservar los árboles en intervenciones urbanísticas

El Justicia de Aragón, Fernando García Vicente, ha sugerido al Ayuntamiento de Teruel que en sucesivas intervenciones urbanísticas que promueva, autorice o tutele, el consistorio "vele por el respeto y la conservación de los árboles que puedan verse afectados".

El Justicia de Aragón, Fernando García Vicente, ha sugerido al Ayuntamiento de Teruel que en sucesivas intervenciones urbanísticas que promueva, autorice o tutele, el consistorio "vele por el respeto y la conservación de los árboles que puedan verse afectados".

Además, ha animado al Consistorio a que considere a los árboles como un "elemento básico y perdurable en la ordenación urbana y con peso específico a la hora de marcar las prioridades de actuación".

Esta sugerencia surge después de que varios turolenses se dirigieran a esta institución para mostrar su desacuerdo ante la tala de varios árboles en el centro histórico de Teruel con motivo de la ejecución el pasado mes de diciembre de unas obras de reforma en la plaza Domingo Gascón o del Mercado, que podían haberse evitado, con lo que incluso el resultado final de la actuación hubiese mejorado sensiblemente, a juicio de los ciudadanos.

Tras requerir información al Ayuntamiento de Teruel se remitió un escrito, en enero, al que acompañaban los informes emitidos por la Sociedad Municipal Urban Teruel S.A. y la Unidad de Medio Ambiente del Ayuntamiento.

En dichos informes se explica que "respecto a los árboles, el proyecto planteaba, si era posible, mantener los plataneros existentes a pesar de las previsibles molestias que esto iba a ocasionar para la ejecución de las obras". Asimismo se añade que "ya en la recta final de la obra, se comprueba que la rasante definitiva del pavimento queda por debajo de las raíces de los árboles en una altura cercana al metro".

Así, ante las dudas referentes a la estabilidad de los árboles en días de viento, se convocó una reunión con el Servicio de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Teruel y se llegó a la conclusión, de común acuerdo, de que la mejor opción es sustituir los ejemplares existentes por unos tilos.

"incertidumbre de supervivencia"

"La tala de los plataneros se justifica por la existencia de riesgo evidente de vuelco de los árboles y la incertidumbre respecto a la supervivencia de los mismos, ya que habían permanecido bastante tiempo con el cepellón al aire y existían zonas secas".

En el informe municipal se agrega que "ambos ejemplares, en el momento de la tala se encontraban prácticamente muertos: habían sufrido tanto a lo largo de la ejecución de la obra que, apenas tenían unas hojas verdes, encontrándose su interior prácticamente si savia".

No obstante, Fernando García Vicente, en su escrito, recuerda al Ayuntamiento de Teruel el título VI de la Ordenanza de convivencia ciudadana y protección del paisaje urbano al cuidado de parques y jardines, con objeto de regular "la conservación, uso y disfrute de las zonas verdes del municipio de Teruel, así como de los distintos elementos instalados en ellas, en orden a su preservación para el equilibrio del ambiente urbano".

La sugerencia del Justiciazgo indica que el artículo 68 de dicha Ordenanza considera que "los jardines y las plantaciones privadas, los espacios libres y los terrenos no urbanizados, constituyen una parte importante del ecosistema urbano y sus propietarios deberán mantenerlos en un correcto estado".

Por ello, agrega, "atenderán su limpieza, condiciones higiénicas y estado fitosanitario, estando obligados a la poda y a realizar tratamientos fitosanitarios preventivos y para combatir las plagas o enfermedades, habiendo previsto en el párrafo segundo una cláusula de ejecución subsidiaria municipal en caso de negligencia en la conservación".

Vinculan al ayuntamiento

Estas obligaciones de conservación, advierte el Justiciazgo "vinculan igualmente al Ayuntamiento, propietario de la mayoría de espacios verdes en la Ciudad, que deberá velar por su cumplimiento en los espacios públicos".

De acuerdo con la información obtenida, García Vicente concluye que la tala de los árboles "ha sido insoslayable, pues la obra les había afectado de tal manera que era prácticamente imposible su supervivencia".

La sugerencia indica que "coincidimos en esta valoración referida al estado último de los árboles y el problema debe plantearse en un trámite previo".

Al respecto concluye al argumentar que "los árboles no deben entenderse como un elemento irrelevante en el diseño urbano y una molestia para la ejecución de obras, sino que, por hallarse intrínsecamente unidos al concepto de ciudad y a la memoria y sentimientos de sus habitantes, deben tener peso específico a la hora de proyectar los espacios públicos y procurarse, en la medida de lo posible, su conservación, considerándolos en la redacción de los proyectos y protegiéndolos adecuadamente durante la realización de las obras".

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