Estos documentos recogen las calificaciones de los estudiantes y, si no se firman, «administrativamente significa que no se ha cursado el último año», explicó el delegado de CC OO Gonzalo Maestro. Los universitarios y los que han hecho este año la selectividad serían los perjudicados.
Para evitarlo, el Gobierno vasco deberá satisfacer las exigencias de los docentes en la reunión que tendrán este viernes.
Además, la pretensión de no firmar las actas hasta el 15 de julio es de momento, porque si para entonces la Consejería de Educación no acepta las reivindicaciones de los profesores, éstos «tantearán» la posibilidad de dilatar aún más el trámite.
El minuto y resultado de las negociaciones es el siguiente: los profesores han rechazado la última contraoferta de Educación (una «broma pesada», según ellos) y ahora hacen una nueva propuesta: que todos los docentes cobren 6.000 euros de complemento salarial, pero que la aplicación sea dilatada en el tiempo.
La «broma pesada» la encontraban los sindicatos en que Educación ofrecía más salario, pero según un sistema de méritos y antigüedad «excesivo». Según los sindicatos, esto se traduciría en una subida de 1.500 euros en la nómina de los profesores doctores, y nada más para el resto.
La molestia inevitable
Al final habrá exámenes, y si los hay, tendrá que haber notas. Otro cantar serán las vueltas que se den hasta entonces. Ya dicen los profesores que los estudiantes se verán afectados, que eso será «inevitable». El rector de la UPV, Juan Ignacio Pérez, caracoleó un poco y advirtió de que subir los salarios tendría una contrapartida en la UPV. «No ha entendido nada –lamentaron los sindicatos–, la dignificación salarial es intrínseca a la mejora de la universidad».
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