Impartían cursos de desarrollo espiritual, pero su objetivo era, presuntamente, la destrucción psíquica de las personas. La secta desmantelada por la Guardia Civil el pasado sábado tenía su centro de operaciones en un chalé del municipio alicantino de Llíber, a 700 metros del pueblo y cerca de la carretera que va a Benissa, en la Marina Alta.
En el transcurso de la operación fueron detenidos cinco supuestos integrantes de la secta, que está previsto que declaren a partir de hoy ante un juez de Dénia. Entre ellos está la presunta cabecilla.
Se les imputan delitos de asociación ilícita, lesiones, estafa, intrusismo profesional y delitos contra la propiedad intelectual.
La investigación continúa abierta, por lo que no se descartan nuevas detenciones en torno a este grupo, considerado de carácter destructivo de la personalidad.
Del chalé, que, según testimonios vecinales, tenía una granja y algún poni, entraba y salía mucha gente, especialmente los fines de semanas y los festivos.
Algunos vecinos destacaron que la gente que iba por la finca era huidiza.
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