La Bolsa española subió este miércoles el 2,2% y se acercó a 8.700 puntos por el avance de la banca ante la inminencia de un acuerdo sobre la quita de la deuda griega y los planes de refinanciación hipotecaria estadounidense, así como por la mejora de la actividad industrial en China y en los Estados Unidos.

El principal indicador de la Bolsa española, el Ibex-35, subió 187,40 puntos, equivalentes al 2,2%, la mayor subida en tres semanas, hasta 8.696,60 puntos. El mercado nacional vuelve a las ganancias en este ejercicio y sube el 1,52%.

En Europa, con el euro en 1,32 dólares, las principales plazas subieron y se situaron o acercaron a niveles de agosto pasado: Milán subió el 2,76%; Fráncfort, el 2,44%; el índice Euro Stoxx 50, el 2,24%; París, el 2,09%, y Londres, el 1,92%.

La caída del 0,16% de Wall Street quedaba compensada por el leve aumento de la actividad industrial china en enero, que incidía sobre la cotización de las materias primas. La Bolsa española empezaba el día con ganancias moderadas. Las informaciones sobre el pronto acuerdo entre las autoridades griegas y los acreedores sobre la quita de la deuda animaba las compras de bonos nacionales, cuya rentabilidad descendía al 4,8%.

La mejoría de la deuda, la revalorización del euro, que avanzaba a 1,31 dólares, y el repunte del crudo Brent hasta 112 dólares el barril servían para sostener el avance de la Bolsa, que superaba el nivel de 8.600 puntos una hora después de la apertura con un alza del 1%.

La Bolsa española se mantenía sobre esa cota mientras se conocía que la inflación de la zona euro en enero se mantuvo en el 2,7% y que Portugal había colocado deuda a corto plazo sin problemas y más barata que en la anterior subasta.

La caída del 2,9% de las solicitudes semanales de hipotecas no incidía en el mercado nacional, que recortaba sus ganancias por los datos de empleo privados estadounidenses de enero, cuando se crearon 170.000 puestos de trabajo, menos de lo previsto.

La apertura al alza de Wall Street, animada por el plan de refinanciación de hipotecas que presentará este miércoles el presidente estadounidense, Barack Obama, restituía las ganancias de la Bolsa española, que se incrementarían con el aumento de la actividad industrial de la mayor economía del mundo en enero, aunque fuera inferior a lo previsto.

El crecimiento del 1,5% del gasto en construcción en diciembre en los Estados Unidos también apoyó el avance final, en el que el mercado nacional superó el nivel de 8.700 puntos en varias ocasiones mientras el euro se negociaba a más de 1,32 dólares y el petróleo Brent se acercaba a 112,5 dólares.

De los grandes valores sólo cayó Repsol (el único valor del Ibexcon pérdidas), el 0,52%, en tanto que Banco Santander subió el 3,58%; BBVA, el 3,25%; Iberdrola, el 2,22%, y Telefónica, el 1,24%.

El primer lugar por ganancias del Ibex-35 correspondió a ArcelorMittal con una subida del 4,62%, seguida de Banco Popular, que avanzó el 4,56% tras anunciar una caída del beneficio del 18% el año pasado, en tanto que Acciona se revalorizó el 4,11%, y Ferrovial, el 4,1%. En el mercado continuo destacó la subida del 11,11% de Urbas, en tanto que Montebalito comandó las pérdidas con una caída del 9,91%.

Antes del cierre, la rentabilidad de la deuda española a largo plazo bajaba trece centésimas, al 4,815%, mientras que el rendimiento de los bonos alemanes subía cinco centésimas, hasta el 1,83%. El efectivo negociado se situó en 2.437 millones de euros, de los que cerca de 500 fueron intermediados por inversores institucionales.

La prima de riesgo de España, que mide el diferencial que existe entre el rendimiento del bono español de referencia y el alemán, ha caído este miércoles por debajo de los 300 puntos básicos (299), lo que no ocurría desde el pasado 5 de diciembre.

Un descenso que los analistas han atribuido a la inminente firma de un acuerdo entre Grecia y sus acreedores privados para reestructurar su deuda. Pocos minutos antes del cierre, la prima de riesgo española bajaba hasta los 299 puntos básicos, desde los 318 en los que comenzaba la sesión.

Esto es consecuencia de una caída del rendimiento del bono español a diez años hasta el 4,85%, desde el 4,98% de la apertura y a un alza del de su homólogo alemán hasta el 1,85%, desde el 1,79% del inicio de la jornada.

La presión sobre la deuda soberana española, al igual que la de otros países periféricos, se ha ido reduciendo en los últimos días, en los que los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea han dado un paso más hacia el pacto para reforzar la disciplina fiscal.

Además, los inversores se mostraban optimistas ante un posible e inminente acuerdo entre Grecia y sus acreedores para reestructurar su deuda, después de que tanto el gobierno heleno como el Instituto Internacional de Finanzas (IIF) -que representa los intereses de la gran banca que posee casi de la mitad de los bonos griegos en manos privadas-, sigan manteniendo contactos.