La panadería María Berdiales fue obligada ayer a cerrar sus puertas por una orden de la Consellería de Sanidad.Dos patrullas de la Policía Autonómica permanecieron durante toda la mañana en los alrededores del establecimiento hasta conseguir el cierre forzoso del local. Y es que, según informó la propia Consellería, el dueño ya había recibido numerosos avisos –a los que hizo caso omiso– que le impedían mantener el negocio «porque no reunía las condiciones higiénico-sanitarias mínimas». Según varios clientes habituales, el día anterior habían visto cucarachas en el local y hace unas semanas «el pan sabía a gasóleo».