Las islas Canarias siguen recibiendo cayucos cargados de jóvenes subsaharianos.

Esta frase es, de momento, normal. De momento, porque dentro de poco habrá que cambiar la palabra ‘subsaharianos’.

Rodrigo Gavilán, portavoz de inmigración de la Confederación Española de Policía, ha asegurado a 20 minutos que «algunos centenares de ciudadanos chinos» esperan en Mauritania para dar el ‘salto’ al archipiélago canario.

«Nos vamos a tener que acostumbrar a que ciudadanos de países asiáticos también lleguen en patera o cayuco a las Canarias», señala Gavilán, que afirma además que las mafias llenan barcos con esta nueva inmigración, la asiática.

Embarcaciones que dan la vuelta al continente africano para llegar a Canarias y la Península.

Uno de estos barcos, cargado con 220 inmigrantes de la India y Pakistán, llegó el martes al puerto de Cádiz.

Su destino, según investiga la Guardia Civil, podría ser Italia o Grecia.

Hasta la fecha, todos los inmigrantes que han llegado este año a Canarias (cerca de 10.000) son subsaharianos.

El 80% procede de Senegal; un dato que preocupa a la Policía, ya que el 80% de la población de este país de 11 millones de habitantes tiene menos 30 años.

Muchos de ellos intentarán llegar a Europa.

Las islas baten su récord histórico

Canarias sufrió su mayor oleada de pateras en 2002.

Ese año, el peor desde que el Gobierno tiene estadísticas (1994), arribaron al archipiélago 9.875 inmigrantes.

Este récord histórico se superó ayer (cuando sólo llevamos cinco meses de 2006) tras la llegada de un cayuco con 85 subsaharianos a Tenerife.

Este nuevo contingente eleva a 9.901 los inmigrantes llegados a las islas este año.

Por otro lado, el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, aseguró ayer que los centros de acogida canarios aún tienen 600 plazas libres para afrontar una nueva oleada.

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