Pinturas sobre los peligros de la modificación genética

  • Sandra Yagi se acerca a "la frontera entre la humanidad y la naturaleza animal".
  • La parte más oscura del ser humano y sus impulsos incontrolables son los temas preferidos por la artista, que auna ciencia y arte.
  • Su técnica, similar a la de los maestros clásicos como Tiziano y Caravaggio, se basa en la superposición de capas de óleo y acrílico.
Uno de los óleos de Yagi, que ilustra al humano todavía unido a su pasado de primate
Uno de los óleos de Yagi, que ilustra al humano todavía unido a su pasado de primate
© Sandra Yagi
Uno de los óleos de Yagi, que ilustra al humano todavía unido a su pasado de primate

Diomedes devorado por sus caballos es una interpretación del mito que protagoniza el hombre que, según la mitología griega, reinaba en Bistonia y poseía cuatro caballos que habían acostumbrado a comer carne humana para que terminaran con los forasteros. El cruel soberano terminó siendo alimento de sus propios monstruos. "Es una imagen del humano torciendo la naturaleza para un mal fin y provocando su propia destrucción", explica la autora del cuadro.

La artista estadounidense Sandra Yagi examina la psicología humana y reflexiona sobre la naturaleza y la ciencia en pinturas que elabora con exquisitos procedimientos clásicos. Los peligros de la modificación genética, la hibridación y el lado más primitivo del ser humano son temas recurrentes en sus obras.

Amante de los animales y de "los bichos de aspecto espeluznante" la artista considera que la ciencia y el arte se complementan y se apoyan: "El científico mira a la naturaleza con disciplina, probando hipótesis para obtener conocimiento. El artista puede fijarse en la naturaleza para mejorar su comprensión, más filosófica y subjetiva".

Hace un minucioso estudio de la anatomía, con músculos y estructuras óseas que elabora con acrílico y óleo. En sus obras hay por lo menos cuatro capas de pintura que superpone dejando que una se transparente sobre la otra, al modo en que Tiziano o Caravaggio dotaban de profundidad a sus cuadros.

La batalla por superar el lado salvaje

Sus creaciones más recientes se acercan a "la delgada frontera entre la humanidad y nuestra naturaleza animal". En el interior de su serie de detallados cráneos hay reptiles copulando o chimpancés en actitud violenta. Yagi crea una "anatomía metafórica" para referirse a la violencia, la guerra y la avaricia de los impulsos antepuestos a la racionalidad que hemos conseguido desarrollar a lo largo de la historia.

La artista ve al ser humano inmerso siempre en la batalla por superar su lado salvaje, todavía forcejeando con su pasado de primate: "Bajo nuestra fina piel humana está nuestra naturaleza animal. Necesitamos reconocerla como parte de nosotros y superar los impulsos violentos primitivos".

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