Galicia y el norte de Portugal trabajan ya en un estudio que definirá las características técnicas y el trazado que deberá tener esta línea. El proyecto óptimo para ambas partes sería el de un tren de altas prestaciones, tanto para mercancías como para pasajeros, que pudiese circular entre Vigo y Oporto a unos 250 kilómetros por hora.
Renunciar a esta conexión ferroviaria, que finalmente podría tener el amparo económico de la Unión Europea, podría suponer una pérdida de 17.000 millones de euros de volumen de negocio para la eurorregión Galicia-Norte de Portugal. Al contrario, su construcción, según los últimos estudios, significaría un crecimiento del 1,5% en el producto interior bruto (PIB) de esta amplia zona.
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