Mal repartido

Sin embargo, en la diferencia por sexos, la mitad de los hombres en activo delegan la crianza de los niños en sus esposas, mientras que sólo el 11,7% de las mujeres puede contar con su marido en exclusiva para esta tarea. Las demás recurren a servicios especializados (27,07%), familiares (26,09%) o cuidan a los niños sin ayuda (34,4%).

Además de necesitar ayuda para los cuidados diarios de sus hijos, la organización del trabajo impide a una tercera parte de los empleados por cuenta ajena pedir días  para encargarse de asuntos familiares. La flexibilidad es mayor para aquellos que trabajan por cuenta propia, ya que el 72,1% se permite de manera general variar su horario para atender estos menesteres.

En este sentido, de forma general, el 11,5% de los españoles se ve obligado a pedir días de permiso en el trabajo para hacerse cargo de sus hijos en casos especiales, como las épocas de vacaciones escolares, en las que no disponen de servicios especiales de atención para los niños.

Pocos servicios

Asimismo, el INE refleja que la falta de servicios para atender a los niños impide trabajar más horas al 24,1% de los encuestados; mientras que el 54% considera que estos recursos son demasiado caros.

Qué hacen los madrileños

En Madrid hay alrededor de 932.900 personas que trabajan y que tienen al menos un menor de 14 años a su cargo. El cuidado de estos niños recae en el cónyuge en el 29,9% de los casos; en servicios especializados, en el 28,9%, y en los familiares o conocidos, en el 17,2%. El porcentaje de padres madrileños que no necesitan asistencia para cuidar de sus hijos asciende a 23,06%. En comparación con el resto de las comunidades autónomas, Madrid presenta uno de los porcentajes más reducidos de personas ocupadas que delegan el cuidado de los niños en su cónyuge, situándose la tercera por la cola.

IGNACIO BUQUERAS. EMPRESARIO

«Hay que cambiar la cultura de la presencia»

¿Cuál es el gran problema de la conciliación?

Vencer las rutinas e ideas preconcebidas que hacen que la gente piense que es imposible cambiar de horarios. Desde la aprobación del Plan Concilia en enero, algo está cambiando, aunque sólo se cumpla en el Ministerio de Administraciones Públicas. Pero es un punto de partida.

¿Este plan debería extenderse al sector privado?

No soy partidario de la imposición. Este año debe ser de sensibilización. Ya llegará el momento de los reales decretos. Hemos percibido una buena disposición entre muchos directores de recursos humanos que empiezan a prestar gran atención al tema de los horarios. Los ciudadanos, además, cada día están más concienciados.

Pero aún falta mucho camino por andar, ¿no?

Sí, debe cambiar la cultura de la presencia por la de la eficiencia, ser más efectivos en el horario de trabajo. La filosofía actual responde a un concepto machista de los horarios, basado en un reparto de papeles de otra época.

BIO

Presidente de la Comisión Nacional para Racionalizar los Horarios Españoles y su Normalización con la UE.

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