Por eso, y con la amenaza de movilizaciones pendiente de un hilo, han emplazado al Ayuntamiento –encargado de concederles las licencias–, que regule la actividad con una ordenanza que supere las diferencias actuales entre trabajadores y patronal.
El colectivo propone que, de lunes a viernes, descansen 100 taxis cada día –quedarían 422 libres–, y aceptan trabajar todo el fin de semana.
También instan al Ayuntamiento a que abra la mano a la concesión de nuevas licencias o facilite su traspaso. Y es que su precio en el mercado negro llega a los 130.000 euros, según denuncian.
Hoy a las 20.00 horas celebran una asamblea en el edificio de sindicatos para decidir sus medidas de presión.
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