La sección segunda de la Audiencia Provincial de Valencia ha confirmado la pena de cuatro años de cárcel para un preso por distribuir pastillas ilegales en el centro penitenciario de Picassent.

El órgano judicial rechaza de este modo el recurso interpuesto por la defensa del interno contra una sentencia del juzgado de lo penal número 12 de Valencia que condenó a este hombre por un delito contra la salud pública a cuatro años de prisión, inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena y una multa de 751,66 euros, así como al pago de las costas.

La sentencia, distribuida por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) y consultada por Europa Press, considera probado que el 8 de octubre de 2008, funcionarios del Centro Penitenciario de Picassent (Valencia) procedieron a efectuar un registro en la celda ocupada por el acusado y otra persona y encontraron en el bolsillo de una cazadora un bote con 91 comprimidos de 'Alprazolam', que el ahora condenado poseía para destinarlos al consumo de terceras persona dentro de la cárcel.

Se trata de una sustancia sujeta al control de estupefacientes y psicotrópicos y de circulación prohibida en España y su valor ascendía en el mercado negro a 375,83 euros.

El preso recurrió estos argumentos alegando que no había quedado acreditado que las pastillas le pertenecieran, puesto que la circunstancia de que fueran halladas en su celda ni implica necesariamente que fueran de su propiedad. Igualmente, sostenía que nunca reconoció que las pastillas fueran suyas y que desconocía que se encontraran en su celda.

No obstante, la Audiencia estima que la información vertida en el juicio se hizo por parte de los testigos "de un modo lógico y racional, llegando "a la conclusión condenatoria que expresa en la sentencia en la ausencia de alternativas razonables".

La alternativa "no se sostiene"

En la misma línea añade que "la tesis alternativa propuesta no se sostiene", ya que, por ejemplo, "la declaración de los funcionarios es clara al describir cómo la celdas permanecen abiertas un tiempo relativamente escaso entre 30 y 40 minutos y sobre la probabilidad de que alguien deje una sustancia como la incautada, con la que el medio carcelario se trafica y allí es valiosa, hace que sea altamente improbable que se deje en la celda de otro interno además durante tanto tiempo".

Por todo ello, la Audiencia decide desestimar el recurso de apelación y confirmar íntegramente la sentencia condenatoria.