Tamizhselvi pensó que ese era el mejor legado que podía dejar a sus hijos, Mohan Kumar y Kumaran, y no se lo pensó dos veces pese a que los doctores le habían advertido de que las posibilidades de éxito del trasplante eran pocas, según publicó ayer el diario The Indian Express.
Los médicos del hospital de Chennai, antigua Madrás, en el sur de la India habían comunicado con antelación a Tamizhselvi que su hijo menor no mejoraría con un transplante de córnea y que, además, sospechaban que su hermano mayor tampoco tenía un defecto de córnea.
Sólo para los hijos. La familia insiste ahora en que las córneas sean utilizadas para los dos hijos: «¿Cómo vamos a permitir que se trasplanten a otra persona?»
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