Antonio Cosculluela inaugura en Monzón y Pomar de Cinca los primeros belenes de la provincia

El presidente de la Diputación Provincial de Huesca, Antonio Cosculluela, ha inaugurado los belenes de Monzón y Pomar de Cinca, ambos de aniversario al cumplir cincuenta y veinte años, respectivamente. Cosculluela ha aplaudido estas iniciativas que sitúan a la provincia de Huesca como referente en el arte del belenismo.
Cosculuela Inaugura Belén En Monzón
Cosculuela Inaugura Belén En Monzón
DPH
Cosculuela Inaugura Belén En Monzón

"Mantener la dinámica, los espacios y su proyección no es tarea fácil", ha dicho, antes de destacar que si se consigue es por el "tesón, empeño y colaboración", ha dicho Cosculluela.

En ese ámbito de colaboración, el máximo responsable provincial ha hecho referencia a la Ruta del Belén, porque los montajes de Pomar de Cinca y Monzón sirvieron de punto de partida y al amparo de la DPH para lo que hoy en día es un recorrido belenístico al que en su octava edición se siguen uniendo municipios -este año Estadilla y Sena-, y por el que el año pasado ya se contabilizaron alrededor de 150.000 visitantes.

En Monzón, Antonio Cosculluela también ha recibido de manos de Manolo Campo, alma mater del belén, una placa con la que la Asociación Belenista 'Isaac Lumbierres' ha querido agradecer al Presidente de la Diputación Provincial de Huesca la repetida colaboración que les presta esta Institución y con la que han podido incorporar cada año nuevos elementos tanto técnicos como artesanales, en ese último caso procedentes del taller local de maquetismo.

Todo esto fue después de que el Obispo de Barbastro-Monzón, Alfonso Milián, procediera a la bendición de la estrella que desde ahora da la bienvenida al espacio belenístico y de que el Presidente de la Diputación Provincial de Huesca, Antonio Cosculluela, realizara el corte de cinta inaugural.

Pomar de cinca y sus dos décadas de belén artesanal

El belén de Pomar de Cinca llama la atención por su minuciosidad, por su carácter montañés y por la labor artesanal en cada una de sus más de setenta piezas y en cientos de detalles que se completan con 300 figuras.

Tras el resultado hay muchas horas de trabajo, sobre todo, de Manolo Bara, un albañil del municipio que empezó con un pequeño montaje en su casa, después en su almacén y desde hace cuatro años en un moderno local cedido por un vecino en la calle San Antonio y que mantiene el Ayuntamiento.

Este año cumple dos décadas y ha abierto sus puertas llegando hasta cerca de 70 metros cuadrados y con nuevas creaciones, entre las que en esta ocasión todos coincidían en destacar el castillo.

En las piezas construidas a mano se utilizan materiales como pizarra, piedra, cañas o maderas, en su mayor parte recogidas en la montaña altoaragonesa, lo que hace que sus construcciones sean típicamente pirenaicas, aunque también alternan con establecimientos y lugares del propio municipio, en el que, por ejemplo, se reproduce exactamente la placeta de San Antón, que sirve de entrada al belén.

Las casas, los establos, puentes e iglesias se asientan sobre una vegetación natural y entre las escenas pintadas por un pintor de la zona.

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