Hasta la década de los años sesenta del siglo XVII las mujeres no podían actuar en los escenarios ingleses. La Restauración y la llegada al trono del rey Carlos II cambiaron la perspectiva de una profesión que nunca fue para chicas respetables, pero que empezó a atraer también a mujeres de buena posición porque la profesión demandaba leer largos textos, memorizarlos, cantar y bailar.
Se llamaban Kitty Clive, Lavinia Fenton, Hester Booth, Peg Woffington, Giovanna Baccelli... La National Portrait Gallery de Londres expone hasta el domingo de la semana que viene The First Actresses (Las primeras actrices): 53 retratos escogidos, algunos nunca antes expuestos, que demuestran la popularidad de las actrices en la Inglaterra de los siglos XVII y XVIII, las grandes estrellas del teatro, con ejemplos que reflejan los ideales de feminidad y moda del momento.
Crearon un conflicto moral en la sociedad y se dudaba de su decoro sexual, se las asoció a la prostitución y provocaron un debate intelectual con sus innovaciones artísticas.
Algunas aparecen ataviadas como el personaje que interpretan, otras se muestran sensuales tras los escenarios. La muestra también ofrece caricaturas y grabados que satisfacían la demanda del público y dan una idea del estatus profesional de las grandes figuras de la actuación de la época, como Nell Gwyn (1650-1687) o más tarde Sarah Siddons (1755-1831).
Nell, de los bajos fondos a la fama
Gwyn, amante del rey, era un ejemplo a imitar. Procedente de los bajos fondos de Londres, había conseguido el reconocimiento como actriz y la elegancia de una dama a pesar de permanecer analfabeta toda su vida. Gracias a su talento, ingenio y capacidad de seducción fue la reina de las comedias de la Restauración. Sarah Siddons fue la estrella de la tragedia. Hermosa y pasional, daba vida a personajes con los que establecía un vínculo profundo: sus papeles como la Ofelia de Hamlet, la Reina Catalina de Aragón y Lady Macbeth la encumbraron a la categoría de icono cultural.
Retratistas como los célebres Joshua Reynolds -del que se exponen poderosos posados de Sarah Siddons- y Thomas Gainsborough documentaron la belleza y la intensidad de los rostros de las mujeres que pisaron los escenarios de Londres. Entre las obras destacadas en la muestra, el museo presenta una nueva adquisición: un cuadro de las tres brujas de Macbeth que el pintor Daniel Gardner creó en 1775.
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