Entre ruidos, coches y turistas, cuesta imaginar el Madrid de 1711: fue ese año, el 29 de diciembre, cuando Felipe V (primer Borbón que reinó en España) aprobó la creación de una Biblioteca Real abierta al público. Mucho ha llovido desde entonces: la Biblioteca, cuya primera sede fue un pasadizo junto a la plaza de Oriente, ocupa desde 1896 un majestuoso edificio en el paseo de Recoletos, y ahora se prepara para días festivos: desde el 13 de diciembre, la institución cultural más antigua de España celebra sus 300 años.

Cualquiera que conozca Madrid habrá pasado alguna vez por delante, pero no son tantos los que se han adentrado en ella. Primera buena noticia: desde hace tres años, y tras una profunda reforma, es posible hacerlo por la puerta principal, por la que se accede a una majestuosa escalera de mármol. Al fondo, una primera sala donde registrarse (basta el carné de identidad) es el preámbulo a unos fondos casi infinitos, que en la actualidad se estiman en más de 28 millones de documentos.

¿Cómo han llegado hasta aquí y cómo se amplían cada año? Como explica el responsable de comunicación de la Biblioteca, Arturo Girón, hay cuatro vías básicas. "Por Depósito Legal ingresaron 106.351 títulos de libros durante 2010", dice Girón, "que sumados a periódicos y revistas, partituras, mapas, carteles o láminas suman un total de 861.145 ejemplares". El resto de los tesoros llegan a través de donaciones (en 2010 fueron entregados 5.280 documentos, valorados en más de 270.000 euros), canje de publicaciones con otras instituciones (1.872 publicaciones llegaron así en 2010) y adquisiciones (en 2010 la Biblioteca destinó 400.000 euros a compras de fondo moderno y 653.731 para fondo antiguo).

Entre los documentos recién llegados y los que llevan ya muchos años, los fondos de la biblioteca llenan unos 250 kilómetros de estanterías, repartidas entre sus sedes de Madrid y Alcalá de Henares (inaugurada en 1993). Para conservarlos, la temperatura debe mantenerse entre 18 y 20 grados y la humedad no debe superar el 45%. Para encontrarlos, un depósito robotizado (ampliado en 2000 y 2009) permite hallar cualquier ejemplar en minutos.

Pero, con más de 1.100 empleados, la Biblioteca Nacional (BNE) no son solo libros: discos o películas también se acumulan aquí. Escondida tras varias puertas, accesible solo tras varios controles de seguridad, una sala llena de armarios esconde grabados de autores como Durero, Rembrandt o Picasso (por ejemplo, un fascinante libro con poemas de Góngora que el propio Picasso llenó de grabados propios). Mapas de hace varios siglos nos trasladan a paisajes ahora inimaginables. Una sección, Ephemera, reúne colecciones de cromos, cajas de cerillas, felicitaciones y hasta etiquetas de alimentos: creada en 1991, ya acumula más de 100.000 obras. Y, por último, están los carteles: la BNE posee un espléndido fondo, en el que encontramos desde obras recientes hasta una extensa colección con la impactante propaganda de la República y la Guerra Civil.

"Es tuya": ese es el lema elegido para este tercer centenario, que estará repleto de actos. Habrá exposiciones –el 13 de diciembre abrirá sus puertas la primera, que recorrerá la historia de la BNE–, charlas de libreros y editores, conciertos, espectáculos teatrales... Los actos se prolongarán durante todo el año 2012. De hecho, no será hasta el otoño cuando se puedan ver los dos volúmenes de los Códices Madrid, la única obra de Leonardo da Vinci en España.

¿Cómo vive este aniversario?
Como un regalo:trabajar aquí abduce, transmite una intensidad que nunca imaginé. Así que lo vivo con ilusión, energía y ganas de trabajar: me pasaría aquí las noches.

¿Qué momento vive la Biblioteca?

De una madurez importante y muy buenas perspectivas. Hemos aprobado un plan estratégico que nos sitúa en el s.xxi, y estamos tratando un plan maestro de digitalización que dará una enorme fuerza al acceso a nuestros fondos a través de nuevas ventanas.

Además de investigadores, ¿viene gente de la calle?

Sí, sí viene: estos últimos años se ha hecho un esfuerzo para captar a escolares, universitarios... Y no solo eso: hemos facilitado el acceso a los que no pueden venir físicamente, sino a través de Internet.

¿Cómo vive la biblioteca en las redes sociales?

Con muchos amigos: por ejemplo, somos la biblioteca del mundo con más seguidores en Facebook, con más de 110.000 fans. Creo que, además, es algo que refleja la forma de ser española.

¿Se nota mucho la crisis?

Evidentemente. En los últimos dos años ha habido un recorte presupuestario importante, pero eso también estimula: te piensas todo mucho más, analizas más los procesos y dejas de hacer cosas no demasiado justificadas.