Las elecciones marroquíes concluyen con una participación del 45% del censo electoral

  • 13,6 millones de marroquíes estaban llamados a votar y elegir Parlamento.
  • Una abstención masiva podría interpretarse como un rechazo a las reformas del rey, que ha realizado este año para parar las protestas.
  • El Movimiento 20 de Febrero y los islamistas llaman al boicot.
Seguidores del Movimiento 20 de febrero distribuyen propaganda en Rabat, Marruecos.
Seguidores del Movimiento 20 de febrero distribuyen propaganda en Rabat, Marruecos.
Zacarías García / EFE
Seguidores del Movimiento 20 de febrero distribuyen propaganda en Rabat, Marruecos.

Las elecciones legislativas marroquíes concluyeron con una participación del 45% del censo electoral, según anunció este noche el ministro marroquí del Interior, Tayeb Cherkaui, dos horas después del cierre de los colegios. La misma fuente aclaró que los resultados no se conocerán hasta mañana.

El porcentaje del 45% de votantes está calculado sobre los 13,6 millones inscritos en las listas electorales, pero equivale a solo el 28,4% de los marroquíes mayores de 18 años, ya que más de ocho millones de mayores de edad no se han inscrito por ignorancia o desidia. En todo caso, es netamente superior al 37% registrado en las elecciones legislativas de 2007, uno de los porcentajes más bajos de la historia de Marruecos.

Teniendo en cuenta que varios grupos de izquierda y de islamistas radicales habían formado un "frente del boicot" y pedían abiertamente la abstención, todos los ojos estaban puestos en la tasa de participación, que al mejorar la de 2007 puede considerarse una pequeña victoria ante los que pedían boicotearlas. Cherkaui dijo que la votación "transcurrió en un clima caracterizado por la tranquilidad y el espíritu de responsabilidad", y no hizo la más mínima alusión a irregularidades denunciadas, particularmente el traslado masivo de votantes organizado supuestamente por algunos de los candidatos y denunciada al menos por tres grupos.

La afluencia a los colegios electorales fue muy escasa durante la mañana, pero mejoró a partir del mediodía, según dijeron varios observadores, que pudieron asistir además al escrutinio. Dos organismos internacionales de observación (uno del Consejo de Europa y otro del estadounidense National Democratic Institute) ofrecerán mañana sendas ruedas de prensa para dar a conocer los resultados de su misión, además del Colectivo Asociativo de Observación marroquí, que hará lo propio.

Una vez desvelada la incógnita de la participación, la gran pregunta es si el islamista Partido Justicia y Desarrollo, gran favorito, gana las elecciones no solo en número de votos, como ya hizo en 2007, sino también en número de escaños, pues en aquella fecha quedó con menos asientos que el nacionalista Istiqlal. El PJD, que movilizó una impresionante cantidad de interventores en todo el país, tenía prevista esta noche una velada electoral en su sede de Rabat, supuestamente para festejar su victoria con los datos aportados por esos interventores.

Si el PJD gana las elecciones, el rey Mohamed VI tiene la obligación de encargarles el gobierno, según el nuevo texto de la constitución aprobada el pasado 1 de julio y con la que el monarca conjuró en un primer momento la llamada "primavera árabe" en Marruecos. Pero para poder formar gobierno, el PJD tendrá que trenzar alianzas con otros partidos, ya que el sistema electoral marroquí concede el acceso a la Cámara de Representantes con un 3% de los votos y eso permitió que en la cámara anterior hubiera representados más de 20 partidos.

En la próxima Cámara, que contará con 395 escaños, un partido necesitará el apoyo de 198 representantes para asegurarse la mayoría absoluta, lo que parece muy lejos del alcance de cualquier grupo político.

Las reformas de Mohamed VI

Los marroquíes están llamados este viernes a las urnas para elegir el nuevo Parlamento en la última etapa del proceso de reformas iniciado el pasado mes de marzo por el rey Mohamed VI que tuvo su punto álgido en la aprobación de la nueva Constitución el pasado 1 de julio en referéndum. La nueva Carta Magna, que limita los poderes del monarca, amplía el papel del Parlamento y estipula que el primer ministro será el líder del partido más votado.

Así las cosas, 13,6 millones de marroquíes están llamados a votar para elegir a los 395 miembros de la Cámara de Representantes de entre las 7.102 candidaturas repartidas en 1.546 listas y 92 circunscripciones. Para estos comicios anticipados, los 31 partidos que concurren han optado por una amplia renovación de sus listas, acercándose algunos de los principales partidos, como el Istiqlal, el Partido Justicia y Desarrollo (PJD) o la Unión Socialista de Fuerzas Populares (USPF) al 50%.

La amenaza de la abstención

Una de las grandes dudas de estas elecciones en Marruecos será la participación. Esta es quizá la mayor sombra que planea, puesto que una elevada tasa de abstención podría interpretarse como un rechazo a las reformas formuladas por el rey Mohamed VI. En todo caso, los marroquíes, aparentemente desencantados con sus políticos, también se abstuvieron de forma masiva en los comicios de 2007, en los que solo votó el 37% de los censados.

Sin embargo, en esta ocasión hay otro factor a tener en cuenta, el llamamiento al boicot que ha realizado el Movimiento 20 de Febrero, creado emulando los grupos de protesta que derrocaron a los regímenes de Egipto y Túnez el pasado invierno, pero que en Marruecos no ha tenido tantos seguidores, congregando a algunos miles de personas en sus manifestaciones.

"Pedimos el boicot porque la Constitución no es democrática y (...) permite a la Casa Real dominar a las autoridades militares, ejecutivas, religiosas y judiciales", explica Najib Chawki, activista de este movimiento. "El Ministerio del Interior sigue controlando estas elecciones, hemos visto el regreso de políticos infames por su implicación en casos de corrupción como candidatos", denuncia.

A este llamamiento se ha unido el principal partido islamista marroquí, Justicia y Caridad, prohibido por las autoridades. "¿Qué objetivo tienen estas elecciones? ¿Son realmente un mecanismo para la devolución del poder?", considera esta formación en un comunicado. "Los contextos político, constitucional y legal vacían los comicios de cualquier esencia democrática", denuncia.

Por otra parte, Human Rights Watch (HRW) ha pedido este miércoles a las autoridades marroquíes que dejen de acosar a las personas que llaman al boicot de las elecciones porque, como ha recordado la directora de la organización para Oriente Próximo y el norte de África, Sarah Leah Whitson, también están en su "derecho".

Coaliciones y alianzas

Dado que en Marruecos está prohibido por ley realizar sondeos de opinión, resulta difícil vaticinar qué partido será el más votado en estos comicios, algo especialmente importante en esta ocasión, ya que de sus filas saldrá quien reciba el encargo del rey de formar el nuevo gobierno, y que no necesariamente debería ser su líder, ya que la Constitución estipula que procederá "del partido en cabeza en las elecciones (...) y teniendo en cuenta sus resultados".

Esto parece dar a entender que además de proceder del partido más votado, el candidato a primer ministro debería contar con el respaldo necesario en la Cámara, de ahí el que las principales formaciones hayan optado por mantener sus coaliciones tradicionales o formar otras nuevas.

Frente a estas, "el PJD está presentando la 'tercera vía' entre la revolución y la incertidumbre del sistema actual", defiende uno de sus dirigentes, Mustapha Jalfi, en declaraciones a la BBC. "Presentamos la vía de la reforma sin perder la estabilidad, la unidad del país, pero al mismo tiempo promoviendo la agenda democrática de Marruecos", asegura.

En todo caso, el secretario general del partido, Abdelilá Benkirane, ha dejado la puerta abierta a un posible acercamiento a la Koutla, la coalición histórica que conforman el Istiqlal (conservador), la USPF y el Partido del Progreso y el Socialismo (PPS), actualmente en el Gobierno, pero "sin descartar la posibilidad de iniciar contactos con el conjunto de los protagonistas".

No obstante, Benkirane ha considerado que las alianzas que se han formado para estas elecciones son "contra natura", con la excepción de Koutla. El líder del PJD se refería así a la nueva Alianza para la Democracia (APD), creada el mes pasado y que aglutina a ocho formaciones de distintas corrientes políticas.

El actual ministro de Economía y líder de la Agrupación Nacional de Independientes (RNI), Salahedine Mezouar, se ha erigido en su cara más visible y son muchos los que le ven como el futuro primer ministro, si bien una de sus bazas es el Partido Autenticidad y Modernidad (PAM). Esta formación, creada en 2008 por Fouad el Himma, amigo personal de Mohamed VI, ha cosechado buenos resultados en las elecciones municipales y sería uno de los motivos por los que el monarca, al parecer, ve con buenos ojos a esta coalición.

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