Sólo dos cabinas permanecerán activas en la estación de peaje de O Morrazo, una automática y otra atendida por un trabajador de Audasa. Su cometido será únicamente el de devolver 75 céntimos a los vehículos procedentes de Pontevedra.
Tampoco los 15.337 usuarios del bonopeaje financiado por la Xunta y la Deputación de Pontevedra, de los cuales unos 5.000 son vigueses, se encontrarán al pasar con el habitual lector automático de tarjetas. Finiquitado el canon, la medida paliativa carece de sentido.
En realidad, el pago de este canon no desaparecerá hasta que finalice la concesión administrativa, ampliada hace seis años por el Gobierno de José María Aznar hasta 2048. Sin embargo, hasta entonces serán la Xunta y Fomento quienes abonen a Audasa los peajes entre Vigo y O Morrazo y entre A Coruña y A Barcala. En total, serán 5,95 millones al año.
10 millones de vehículos
En total, serán unos diez millones de vehículos los que se beneficien al año de la supresión de estos dos peajes. El acuerdo entre la Xunta, el Gobierno y Audasa incluye una rebaja del 10% sobre el coste total de la medida. Eso será lo que se ahorre la Administración en los peajes.
Un puente al borde del colapso
El puente de Rande, un proyecto del ingeniero italiano Fabrizio de Miranda que empezó a tomar forma en 1973, es el tramo más transitado de la AP-9. Con más de 50.000 vehículos diarios, duplica la media de los 219,6 kilómetros de la autopista, 22.565 cada día en 2005.
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