Gigantesca operación contra el narcotráfico en Río para tomar tres favelas sin pegar un tiro

  • Ha sido en las favelas de la Rocinha, Vidigal y Chácara do Céu de la ciudad.
  • En ellas entraron más de 1.500 hombres apoyados por blindados y helicópteros, sin ninguna resistencia de las bandas que dominaban el sector.
  • Los comercios en la Rocinha y Vidigal reabrieron sus puertas y sus callejuelas están custodiadas por policías por primera vez en décadas.
  • Un traficante capturado declara que "la mitad de lo que facturaba con la venta de drogas era entregado a policías civiles y militares".
Blindados de la Infantería de Marina apoyaron a los centenares de policías que tomaron este domingo, sin encontrar resistencia, la favela de la Rocinha, la más emblemática de Río de Janeiro.
Blindados de la Infantería de Marina apoyaron a los centenares de policías que tomaron este domingo, sin encontrar resistencia, la favela de la Rocinha, la más emblemática de Río de Janeiro.
Marcelo Sayão / EFE
Blindados de la Infantería de Marina apoyaron a los centenares de policías que tomaron este domingo, sin encontrar resistencia, la favela de la Rocinha, la más emblemática de Río de Janeiro.

Un detenido y trece armas de guerra decomisadas es el primer balance de la gigantesca operación militar llevada a cabo este domingo por las autoridades brasileñas, sin disparar un solo tiro, para tomar tres favelas de Río de Janeiro que durante décadas estuvieron en manos de narcotraficantes.

Las favelas de la Rocinha (la mayor de Río), Vidigal y Chácara do Céu, vecinas de algunos de los barrios más acomodados de Río, fueron tomadas al amanecer de este domingo por una fuerza policial de más de 1.500 hombres apoyados por blindados y helicópteros, sin ninguna resistencia de las bandas que dominaban el sector.

La Gobernación de Río de Janeiro destacó el éxito de la 'Operación Choque de Paz', que en dos horas tomó el control de las tres barriadas "sin que un tiro fuese disparado".

Según el balance preliminar, miembros del Batallón de Operaciones Especiales (Bope), cuerpo de elite de la Policía Militarizada de Río de Janeiro, que lideró la toma de las favelas, se incautaron de doce fusiles, una ametralladora y una granada que estaban enterrados en una zona boscosa aledaña a Vidigal.

Entre tanto, otros policías detuvieron a un delincuente prófugo de la justicia, identificado como Igor Tomás da Silva, que aparentemente estaba bajo el efecto de drogas y buscaba atención médica.

Un trabajo de meses

Al comentar el éxito de la operación, el gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral, dijo que no fue una casualidad sino producto de un trabajo preparado y ejecutado con la ayuda del Gobierno federal, que prorrogó la permanencia del Ejército en las favelas del Complexo do Alemao, tomadas hace un año, para que la policía de Río pudiera concentrarse en el plan de entrada en la Rocinha.

"Nada ocurre por casualidad. Eso (la operación) fue planeado hace mucho tiempo por la Secretaría de Seguridad; hace cerca de cuatro, cinco meses, cuando le pedimos a la presidenta Dilma (Rousseff) que el Ejército permaneciese en el Alemao hasta el 31 de junio de 2012, porque con eso conseguiríamos entrar en la Rocinha", afirmó Cabral.

Vuelta a la normalidad

La rapidez con la que los policías tomaron este domingo el control de las tres favelas permitió que los blindados de la Marina que abrieron paso se retiraran rápidamente de la zona y volviera la normalidad a los barrios recuperados por las autoridades.

A media mañana de este domingo, los comercios en la Rocinha y Vidigal ya habían reabierto sus puertas como cualquier otro domingo y los habitantes del sector circulaban normalmente por las callejuelas custodiadas por policías por primera vez en décadas.

Los agentes de elite permanecerán en el sector varias semanas hasta que se construya la sede de una Unidad de Policía Pacificadora (UPP), un modelo que combina la presencia policial con inversiones sociales.

Desde que ese modelo comenzó a ser implantado, en diciembre de 2008, las autoridades han llevado las UPPs a 18 favelas que estaban en manos de narcotraficantes, lo que ha reducido la violencia en la ciudad.

Con los territorios "conquistados" por la policía de Río, el desafío ahora de ayuntamiento y del Estado, será "subir las laderas de las favelas con  mejoras en los servicios de agua, iluminación, saneamiento, limpieza y planificación urbana, consolidando la presencia del poder público en la región", dice el periódico O Globo.

Narcotráfico y policía

La operación del domingo fue precedida de la que fue llevada a cabo el viernes 10 de noviembre, que acabó con  la captura del narcotraficante Antônio Bonfim Lopes en la Rocinha.

Según O Globo, el traficante declaró en la sede de la Policía Federal, que "la mitad de lo que facturaba con la venta de drogas era entregado a policías civiles y militares". Dijo también que estos sobornos tenían como destino final a una serie de agentes públicos y que en determinados periodos no tuvo beneficios por causa de la frecuencia de estos pagos.

Según estimaciones de la Policía Civil, no confirmadas en la declaración de Bonfim Lopes, el traficante facturaba unos 40 millones de euros al año.

A su vez, este contó que parte de sus ganancias eran usadas para ayudar a moradores de la Rocinha, mediante el pago de entierros, cestas básicas, medicamentos o financiación de obras en la favela. A su vez, este contó que parte de sus ganancias eran usadas para ayudar a moradores de la Rocinha, mediante el pago de entierros, cestas básicas, medicamentos o financiación de obras en la favela. "Cuando me lo pedían, compraba ladrillos para construir casas en la comunidad", dijo.

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