Catedráticos de comunicación y periodistas creen que las expectativas ante el debate entre los candidatos Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba, que se celebrará este lunes a las 22.00 horas, no deben ser excesivas, pues dudan de que, en principio, el desarrollo del "cara a cara" pueda decidir muchos votos.

Ricardo Montoro, catedrático de Sociología de la Universidad Autónoma de Madrid y expresidente del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), señaló a este respecto que "la campaña en sí tiene poco peso, utilizando la información que tenemos, que son las encuestas, creo que puede mover entre un 5 y un 10 por ciento".

"Dentro de ella está el debate, que por tanto mueve porcentajes pequeños. Como la masa de voto es mucha, ese tanto por ciento, aunque sea pequeño, podría llegar a ser importante. Pero no lo será, debido a la gran distancia electoral existente, que según la previsión de las encuestas, es muy grande", añadió.

En la misma línea se pronunció otro expresidente del CIS Fernando Vallespín, Catedrático de Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Madrid. "Rubalcaba no tiene nada que perder y solo puede ganar a través de un debate, mientras que Rajoy puede perder algo, pero tampoco en exceso" en el "cara a cara", dijo Vallespín. "Parece muy claro que hay una enorme lealtad del voto al PP, a la marca y al líder, quien va aumentando su prestigio entre los votantes, quizá porque la aureola de ganador comienza a favorecerle", añadió el catedrático.

En este mismo sentido se pronunciaron Elsa González, presidenta de la Federación de Asociaciones de la Prensa de España, y Fernando González Urbaneja, presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid. "No espero grandes cosas de este debate, ni tampoco que mueva mucho de sus posiciones al electorado", declaró la primera, mientras que el segundo calculó "un efecto irrelevante salvo errores gordos de alguno de los candidatos".

Ambos periodistas mostraron su disconformidad con el formato, que según Elsa González debería ser menos caro y contar con más periodistas, lo que "hubiera animado el debate". "El formato me parece diseñado a la medida de los candidatos, y no a la de los periodistas o los ciudadanos. Está hecho para ellos", opinó por su lado Urbaneja.

Sobre la excesiva prevención de los partidos hacia los debates abiertos, Ricardo Montoro opina que "la viveza que hay en toda la legislatura, típica de una sociedad abierta y libre, de pronto desaparece, es un déficit". "Yo creo que se trata de una prevención excesiva, de excesivo cálculo, deberían ser más valientes, como los americanos, que entendieron desde el principio que la televisión es un medio a utilizar y estás obligado a hacerlo", señaló Montoro.

Vallespín, por su lado, considera que "es un error que el debate se concentre solo en los dos grandes partidos, la gente quiere tener otras opciones. Creo que ese es el gran mensaje que ha calado tras el 15M, junto al desprecio hacia lo político, porque nuestra decisión política se subordina al sistema económico".

La propia portavoz de la Academia de Televisión, Concha García Campoy, reconocía en una de las ruedas de prensa convocadas por su organización para hablar del debate que, aunque han diseñado una estructura más flexible que en otras ocasiones, no son previsibles grandes sorpresas.

Algo parecido reconocía días antes el moderador del encuentro, Manuel Campo Vidal, presidente de la Academia organizadora del debate. "Sobre los efectos sobre los votantes de los debates ha habido teorías de todos los colores, lo único que parece claro es que pueden favorecer la participación y, en cualquier caso, que es mejor para la democracia que haya debates electorales", dijo Campo Vidal.