Antonio del Castillo y Eva Casanueva, los padres de la joven sevillana Marta del Castillo, han dicho este lunes estar "desesperados" por encontrar el cuerpo de su hija para, así, "tener un descanso" y terminar con la "tortura infinita" que supone no poder enterrar a la joven y escuchar las distintas versiones de los acusados.

El padre de Marta ha comparecido como testigo ante el tribunal encargado de enjuiciar la desaparición y presunto asesinato de su hija y ha relatado que, sobre las 17,30 horas del día 24 de enero, llegó a su casa de la calle Argantonio y "me encontré" a Miguel Carcaño montado en una motocicleta, "lo que me extrañó, porque vivía en Camas y tenía novia", y tras ello se encontró con Marta en el portal.

"Le advertí que no quería que fuera en moto, y Miguel me dijo que estuviera tranquilo, que estaba de paso", según ha proseguido Antonio del Castillo, quien ha explicado que conocía a Carcaño "porque era amigo de la pandilla de mi hija", y que, incluso, "estuve un día en su casa de León XIII para darle un sofá que íbamos a tirar".

Llamadas a samuel y a miguel

Tras ello, ha relatado que sobre las 22,30 horas Marta no había vuelto a casa, por lo que "nos preocupamos" y, después de llamarla varias veces sin obtener respuesta, Eva Casanueva "llamó a varios amigos de Marta para ver si sabían algo de ella", entre ellos al 'Cuco', a Samuel Benítez y a Miguel Carcaño, "quien dijo que había dejado a mi hija a las 21,30 horas en casa, y a quien mi mujer le aseguró 'te voy a echar la Policía encima como le haya pasado algo'".

Por su parte, la llamada a Samuel se produjo sobre las 23,40 horas, y este acusado "le dijo que, según sabía, Miguel había dejado a Marta en casa a las 00,00 horas, cuando ni siquiera era esa hora". Tras ello, "me fui al hospital Virgen Macarena para preguntar, y posteriormente volví a mi casa para dirigirme a León XIII, donde llegué en torno a las 00,30 horas".

Una vez allí, "toqué" la persiana del salón, que estaba "echada, pero no del todo", y que daba a la calle, al objeto de comprobar si había alguien dentro, describiendo que en el salón "no había luz" y tampoco "ruido", por lo que ha opinado que "en el salón no había nadie" a esa hora. Sobre las 00,50 horas, "volví a casa", y posteriormente "acudí a Comisaría para denunciar la desaparición".

Ampliación de denuncia

A las 6,30 horas, "fui de nuevo a ampliar la denuncia", todo ello después de que, "sobre las 5,25 horas, se presentaran en casa los amigos de mi hija, entre ellos Samuel, diciendo que en la casa de León XIII había pasado algo raro, que habían estado allí, que les había abierto la puerta el hermano de Carcaño y que éste había negado que conociera a mi hija".

El padre de Marta ha relatado que ha estado un año sometido a tratamiento psicológico —"aunque lo he dejado, porque las pastillas me atontan"— y cuatro meses de baja laboral. "Estoy desesperado por encontrar a mi hija", ha lamentado, añadiendo que "cuando detuvieron a Miguel pensé que se iba a acabar la agonía, pero después vino una versión y otra", por lo que "cualquier día iba a parecer que mi hija había desaparecido por arte del Espíritu Santo". "No nos están dando la oportunidad de enterrarla", algo con lo que "mejoraría mucho mi sufrimiento", porque "es un continuo machaque diario".

"sería muy importante recoger lo que quede del cuerpo"

De su lado, la madre de la joven ha dicho estar "hundida" porque "para mí sería muy importante recoger lo que quede del cuerpo de mi hija, para tener ese descanso", al tiempo que ha asegurado que las distintas versiones ofrecidas por los acusados, en especial por Miguel Carcaño, "nos han producido una tortura infinita". "Cada versión me hunde más", ha afirmado, aseverando que "encontrar el cuerpo mejoraría mi sufrimiento y sería un alivio".

Eva Casanueva ha dicho que "no tenía un buen concepto" de Miguel, ya que "había tenido una relación con mi hija y ella venía a casa triste y enfadada", y ha narrado que el día de los hechos "Marta me dijo que tenía que aclarar algo con Miguel", el cual "tenía el perfil clásico del maltratador: primero te puteo y luego te hago un regalo". "Fue a las 1,30 horas cuando hablé por primera vez con Miguel, que me dijo que había dejado a Marta en casa a las 21,30 horas, por lo que colgamos, pero después lo volví a llamar, porque sabía que algo había pasado", ha apostillado.

La madre, que ha estado de baja laboral tras la desaparición por espacio de más de un año, ha aseverado que "escuchar las distintas versiones, primero que la violaron, luego que la estrangularon... ha sido una tortura infinita".

Visita del tío de marta a león xiii

En la cuarta jornada de la vista oral también ha prestado declaración el tío de Marta, Javier Casanueva, quien ha narrado que en la mañana del día 25 de enero, dentro de las tareas de búsqueda de su sobrina, "me desplacé hasta la vivienda de León XIII, y me abrió en actitud violenta el hermano de Carcaño; pensé que nos iba a pegar". "Tras ello, entré en el piso, que olía a limpio y estaba oscuro", ha relatado, añadiendo que "sólo me dijo que su hermano había dejado a Marta a las 21,30 horas en casa y se había ido a cenar a Camas".

Este lunes también han prestado declaración cinco amigos de la pandilla de Marta, tres de los cuales han señalado que, la tarde del 24 de enero de 2009, coincidieron con Miguel, el 'Cuco' y la propia Marta en una plaza donde solían reunirse. Dos de estos testigos han narrado que, tras conocer que Marta no había vuelto a casa esa noche, comenzaron a buscarla y, en primer lugar, sobre las 2,15 horas, se dirigieron a la casa de León XIII.

Allí, levantaron "un poco" la persiana que da al salón de la vivienda, pero "allí no se escuchaba ni veía nada, no había luz y estaba todo totalmente oscuro, por lo que nos fuimos", lo que contrasta con la versión ofrecida la pasada semana por la novia del hermano de Carcaño, María García, quien dijo que estuvo hasta las 2,00 horas estudiando en el salón para luego irse al dormitorio, donde dejó la luz encendida.

Samuel "estaba muy desabrigado para el frío que hacía"

Tras ello, prosiguieron la búsqueda por la calle Betis, donde, sobre las 3,30 horas, se unió al dispositivo el propio Samuel, el cual, "para el frío que hacía, venía muy ligero de ropa y desabrigado". "Samuel llevaba un chalequito, y yo estaba muerto de frío con un chaquetón puesto porque había llovido lo más grande", ha llegado a decir uno de los testigos.