Gómez se opone a una nueva reforma laboral que negocie la actual cobertura de los trabajadores como ha pedido Cospedal

El ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, se ha opuesto frontalmente a una nueva reforma laboral que negocie la actual cobertura de los trabajadores, como ha pedido la presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal.
El Ministro De Trabajo, Valeriano Gómez
El Ministro De Trabajo, Valeriano Gómez
EUROPA PRESS
El Ministro De Trabajo, Valeriano Gómez

El ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, se ha opuesto frontalmente a una nueva reforma laboral que negocie la actual cobertura de los trabajadores, como ha pedido la presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal.

"España no necesita reducir la protección de los parados, al contrario", ha dicho, antes de defender que es preciso mantener la actual cobertura del 80% de los desemepleados para garantizar la paz social. "No podemos pensar en reducir la protección (de los parados) porque agudizaremos la crisis y encontraremos problemas de convivencia", ha apostillado.

De otro lado Gómez, ha admitido que "el último trimestre será peor" en términos de empleo de lo que inicialmente preveía el Gobierno y ahondó así en lo avanzado horas antes por la secretaria de Estado de Empleo, Mari Luz Rodríguez, que difícilmente se podrá crear el empleo neto previsto en 2011.

Si Rodríguez comentaba en rueda de prensa, con los peores datos de paro en un mes de septiembre desde 1996 sobre la mesa, que sería "ciertamente difícil" cumplir con las previsiones económicas, en declaraciones a la Cadena Ser recogidas por Europa Press, Gómez no ocultó tampoco que a la vista de estos indicadores y otros, como la caída de las ventas de coches, la "impresión" es que todo irá peor de lo previsto.

"Tengo la impresión de que el último trimestre será peor de lo que incialmente preveía el Gobierno", reconoció el titular de Trabajo, un día después de proponer la recuperación de una medida que se quedó en el tintero de la reforma laboral de 2010: dedicar parte de los 30.000 millones que se gasta anualmente el Estado en el pago del desempleo para costear la reducción de cotizaciones a las empresas que contraten a perceptores de esta prestación.

Las previsiones que el Gobierno ve alejarse apuntaban a entre 40.000 y 50.000 empleos netos al cierre del año, según recordó Gómez, quien garantizó que lo que seguro se cumplirá es el mantenimiento de la protección para los desempleados.

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