Los registros civiles de Madrid se desbordan por falta de personal

  • Los usuarios hacen cola desde la madrugada en las oficinas.
  • No hay cita previa y los funcionarios no dan abasto.
  • La Comunidad de Madrid ve una carencia de jueces
Un centenar de personas guardando cola en la puerta del Registro Civil de Torrejón de Ardoz, al filo de las nueve de la mañana.
Un centenar de personas guardando cola en la puerta del Registro Civil de Torrejón de Ardoz, al filo de las nueve de la mañana.
JORGE PARÍS
Un centenar de personas guardando cola en la puerta del Registro Civil de Torrejón de Ardoz, al filo de las nueve de la mañana.

Son las nueve de la mañana y más de cien personas ya hacen cola en la puerta del Registro Civil de Torrejón. Emi, de 26 años, ha tenido suerte: es la primera de la fila y le aseguran un turno para arreglar los papeles de su divorcio. Pero, para lograr ese puesto, ha tenido que hacer noche en la puerta de la oficina y aguantar cinco horas a la intemperie. "Es una vergüenza que nos tengan aquí tirados", protesta Emi.

A su lado está Estela, la segunda de la cola. Ella ha llegado a las 4.30 h y lleva toda la semana peregrinando al registro. De hecho, ha pedido cinco días de vacaciones en el trabajo para hacer las gestiones. "Me habían avisado del caos que se forma aquí, pero es peor de lo que pensaba", apunta Estela.

En el resto de la fila, el cabreo es similar: mujeres con recién nacidos aguantando el frío, personas que ya han acudido tres veces y aún no tienen sus papeles, o gente que se queda en las puertas pese al madrugón. Y no solo ocurre en Torrejón: los 20 registros de la región están desbordados, con usuarios guardando largas colas o, incluso, acampando para lograr uno de los cotizados turnos. 20 minutos ha recogido testimonios de cinco oficinas y la propia Consejería de Justicia reconoce que "el colapso es generalizado en los 20 partidos judiciales de Madrid".

Nacimientos o bodas

Cualquiera puede ser víctima del colapso de las oficinas judiciales. Es imprescindible acudir allí personalmente para inscribir a los niños recién nacidos, tramitar los libros de familia, pedir certificados de defunción, hacer gestiones para la nacionalidad, dar fe de un matrimonio o certificar la incapacidad de un familiar.

En Torrejón, solo se atiende a quienes estén en la puerta a las 9.00 h. En Alcalá es peor aún: para certificados de nacimiento y bodas solo dan 15 números diarios, con lo que el 30% de los solicitantes se quedan fuera. En Fuenlabrada, el lector M. Carretero cuenta que tuvo que "dormir toda una noche a la intemperie para obtener uno de los 40 números". En Villalba la situación se agrava por las minúsculas dimensiones de la oficina: "Esto es un zulo", dicen los funcionarios.

También hay colas en el registro de la capital y, en medio de este caos, hay quien saca tajada. Las colas en Pradillo (el registro que atiende a la capital) llegaron a ser insostenibles. Una red aprovechó la situación para sacar un dinero 'vendiendo' turnos: hacían la fila en lugar del interesado a cambio de una recompensa económica. La Policía lo atajó, pero esporádicamente vuelven a la carga.

Los afectados y el sindicato STAJ creen que las colas se pueden evitar con un sistema de cita previa, para que cada usuario tenga una fecha y una hora de atención. Aunque el problema de base está en la propia organización de los registros civiles, según explican desde la Consejería de Justicia.

Estas oficinas están adscritas a un juzgado de instrucción. El juez titular de ese tribunal debe dar prioridad a la investigación de los casos del juzgado y solo cuando esta labor está concluida puede dedicarse a cotejar los asuntos del registro. "Por más funcionarios que se pongan no se agilizarán los trámites. La solución es nombrar más jueces que se dediquen en exclusiva al registro. Y eso es cosa del Ministerio", alega la Consejería.

TODA LA NOCHE A LA INTEMPERIE

  • Jacqueline Peña, 35 años. "Aquí estoy, a la espera, sentada y chupando frío. Quiero retirar un simple papel, pero cada vez que vengo pierdo un día y no me lo consiguen, después de estar chupando frío. Y encima me retiran parte del sueldo por las horas perdidas".
  • Jeovanni Banegas, 36 años. Ha llegado a hacer cola «desde las seis de la tarde del día anterior". Incluso, alguna vez ha tenido "que volver el día siguiente porque a mediodía se les ha caído el sistema informático"
  • José Luis María, 45 años. Lleva en la puerta del registro desde las 4.30 h. Y ya es el segundo día que va a por un documento. "No es normal tener que estar pidiendo horas libres a mi jefe. ¿No es más fácil que nos den cita previa?".
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