La Policía Local de Valencia se puso las pilas el pasado verano para tratar de reducir al máximo las molestias que generan los gorrillas a los usuarios de las playas.

Así, el dispositivo especial de vigilancia dotado de 52 agentes puesto en marcha durante la temporada estival que arrancó el pasado 26 de mayo y terminó el 7 de septiembre se saldó con un total de 619 denuncias, es decir, que multaron a 6 aparcacoches al día. La cifra es algo inferior a la del verano de 2010, cuando sancionaron a 771.

Según fuentes policiales, se les denuncia por la ley de seguridad vial, al obstaculizar la circulación de los coches y a la tercera denuncia se les manda a la fiscalía por desobediencia a la autoridad. Después, desde fiscalía se les pone a disposición judicial, normalmente por coacción, y es el juez quien decide si hay pruebas y motivos suficientes para juzgarlos y condenarlos.

Incidentes en Convento

Con la temporada de playas ya en su recta final, los aparcacoches van abandonando el paseo marítimo y vuelven a tomar posiciones por el centro de la ciudad. Uno de los puntos donde están causando más incidentes, es en Convento Jerusalén. Según los comerciantes, "antes había unos gorrillas que no daban problemas, pero ahora han venido unos extranjeros que son violentos, han echado a los que había y no paran de de beber y armar follón".

Otra de las nuevas modalidades detectadas se produce en la Ciudad de la Justicia y en la avenida de Aragón. Allí, solicitan a los tiques de la ORA que aún no han caducado a los conductores y luego los revenden a los que quieren aparcar allí.

Además, los aparcacoches siguen causando problemas en zonas ya clásicas como el Carmen, Blasco Ibáñez, Campanar Alameda o en el hospital General.

El Ayuntamiento de Valencia ha recibido quejas vecinales por lo que consideran extorsión y coacción, incluso en zonas ORA. Desde la concejalía de Seguridad Ciudadana instan a denunciar a los gorrillas que amenacen o provoquen destrozos en el coche