La Fiscalía mantiene su petición de 26 años de cárcel para la acusada del crimen de La Juliana

Forenses dicen que la víctima, que murió desangrada, "podría haber salvado la vida" si se hubiera llamado inmediatamente a un médico

La Fiscalía de Sevilla ha mantenido su petición de 26 años y tres meses de cárcel para Natividad Cantero, la mujer acusada de asesinar el día 15 de junio de 2008 a su marido, un alto directivo del BBVA, en el chalet que éste último habitaba en la urbanización de La Juliana, en el municipio sevillano de Bollullos de la Mitación, mientras que la acusación particular que ejercen los hermanos de la víctima ha elevado a definitiva su petición de 29 años de cárcel y su defensa ha interesado la libre absolución de la imputada.

En la penúltima sesión del juicio que se sigue desde el pasado lunes en la Audiencia Provincial de Sevilla contra Natividad Cantero, han declarado peritos expertos en balística, peritos químicos de la Guardia Civil y los dos médicos forenses que realizaron la autopsia al cadáver del directivo asesinado, así como una amiga de la víctima que, como letrada en ejercicio, fue quien le asesoró en el proceso de divorcio.

Esta mujer, que ha declarado en calidad de testigo, ha asegurado que el fallecido, Andrés Toro, le había dicho "que quería irse a vivir a Málaga, porque en Sevilla ella —en referencia a Natividad Cantero— no le iba a dejar vivir", mientras que la víctima también le comentó que la acusada "iba al chalet de La Juliana sin avisar, por lo que le dije que cambiara la cerradura". Además, Andrés "estaba amargado y triste porque su hijo no quisiera tener contacto con él", ha afirmado.

Tras la testigo, han declarado los dos médicos forenses del Instituto de Medicina Legal de Sevilla que realizaron la autopsia del cuerpo, que han ratificado que la víctima murió tras recibir dos disparos de arma de fuego, aunque han puntualizado que el fallecimiento "no se produjo de forma inmediata, sino por una hemorragia interna que le colapsó el pulmón". Tras recibir los disparos y sufrir la hemorragia, la víctima permaneció viva "cinco o diez minutos", por lo que "podría haber salvado la vida si se hubiera llamado a un médico".

Sin señales de defensa en el cadáver

Los forenses, que han informado de que hallaron un billete de 20 euros en un bolsillo del pantalón de Andrés Toro, han explicado al jurado que la muerte se produjo entre las 14,00 y las 16,00 horas del día 15 de junio de 2008 y el cuerpo, que fue hallado sobre un charco de sangre "no muy grande", no presentaba señales de defensa.

En la jornada de este jueves también han declarado dos expertos en balística, quienes, utilizando un DVD para su exposición, han explicado que el cuerpo presentaba dos orificios de entrada y otros dos de salida, precisando que uno de los disparos, que golpeó en la pared, tiene una trayectoria descendente, de arriba a abajo, por lo que han opinado que la víctima —que medía 1,78, por 1,59 de la acusada—, en el momento de los hechos, "podría haberse agachado, incluso para ocultarse tras un sillón que había en el salón".

Según han dicho, víctima y verdugo se encontrarían frente a frente en el momento de los hechos, y los disparos se habrían producido a una distancia de más de 30 centímetros. Por último, los peritos químicos de la Guardia Civil han aseverado que sólo la pareja sentimental, el yerno y el vigilante de seguridad de La Juliana presentaban restos de pólvora tras producirse los hechos, mientras que la acusada no tenía restos de pólvora, aunque han asegurado que esto se pudo deber a que utilizó guantes o se limpió después de cometer el crimen.

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