Metallica, Sepultura... bramidos guturales (y bellos) para la jornada más 'dura' de Rock in Río

  • La jornada del domingo de Rock in Rio se rindió al poder del heavy metal.
  • Sepultura, metaforseado por una banda de percusionistas, Mötorhead y Metallica fueron las grandes apuestas del festival, que continuará el próximo jueves.
El vocalista de Metallica, James Hetfield, actúa en la tercera jornada del Rock in Rio 2011.
El vocalista de Metallica, James Hetfield, actúa en la tercera jornada del Rock in Rio 2011.
Marcelo Sayão / EFE
El vocalista de Metallica, James Hetfield, actúa en la tercera jornada del Rock in Rio 2011.

Bruto y salvaje (y bello). Decadente y nostálgico. O bien denso, sofocante, sublime y abrumador. El metal irrumpió el domingo en el Rock in Rio de Brasil mostrando más de una cara e imponiendo su dureza a un auditorio de puños en alto, fervoroso, escrupulosamente enlutado. Los cuellos, tensos y listos para agitarse en mecánicas sacudidas al ritmo que marcara la canción.

Pasadas las 18.30, en el escenario Sunset, Sepultura ofreció un concierto intenso y peculiar. La banda disparó su thrash metal rugiente, intestinal, pero esta vez ayudado por los percusionistas franceses Tambours Du Bronx, una docena de músicos que, a pecho descubierto, repartieron su furia sobre los instrumentos: escaleras y bidones metálicos. La colaboración entre ambas formaciones, fruto de la idea del brasileño Zé Ricardo, no durará más allá del festival.

También el Escenario Mundo, el más grande de la muestra, vivió momentos notables. Como la actuación de Motörhead, banda británica comandada desde hace casi 40 años por el incansable bebedor de bourbon Lemmy. Con la voz herida, bella, insubordinada, Lemmy estremeció con sus bramidos mientras Mikkey Dee azotaba con energía la batería y luego la abrillantaba con sus mechas rubias. "We just play fucking rock" ("Lo que tocamos es simplemente puto rock"), explicó al público, rechazando aquellas etiquetas que los entendidos les han atribuido y que les sitúan en un territorio salvaje, allá entre el heavy metal y el punk. En el directo su música viajó a los orígenes del primero de esos estilos e, incluso, al del propio rock, algo que le proporcionó más aplausos por parte del público adulto que por los jóvenes metaleros.

Estos, por su parte, se rindieron a Metallica. Atronadores y limpios, los californianos no fallan. Interpretaron algunos de los temas más celebrados de su carrera como Seek & Destroy, Creeping Death o Master of Puppets, adornados por sus habituales juegos de fuegos artificiales y llamaradas bien controladas, lo que les valió la gran ovación final.

Poco antes había tocado Slipknot, que con los años y tras la pérdida de uno de sus componentes, ha suavizado sus maneras e, incluso, sus máscaras. Estas ya no dan tanto miedo.

  • El festival Rock in Rio, que se celebra en Rio de Janeiro, continuará con más conciertos el próximo 29 de septiembre y hasta el 2 de octubre con nombres como Gun N'Roses o Lenny Kravitz.
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