Su origen se remonta a tiempos inmemoriales. Son los wadaiko, instrumentos tradicionales japoneses cuyos sonidos tratan de transmitir el ritmo del sonido del corazón.Tambores como el nagadodaiko, alargado y realizado con pellejo de vaca; el odaiko, que se confecciona con el tronco de un árbol de más de 400 años, o la flauta travesera de bambú shinobue forman parte de este gran collage sonoro, que permanecerá en el escenario del Teatro Albéniz hasta el próximo domingo.