Parece que los bebedores no tendrán problemas con la ley, a pesar del botellón. A quienes se ganan la vida ofreciendo sus productos, se les puede ver huyendo de la Policía Municipal, porque no tienen licencia. Pero, a algunos, como el vendedor de la imagen, no les afecta la presión y muestran su arte a quien quiera apreciarlo.
Arte ambulante, a la venta en las Siete Calles
El Casco Viejo bilbaíno, con sus Siete Calles, se viste a diario de paseantes, compradores, poteadores y también de vendedores callejeros.
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