El autor de un atropello mortal en Vilagarcía alega que huyó porque tuvo miedo al ver mucha gente

El padre de la víctima lo califica de "asesinato" porque el conductor superaba la velocidad permitida, "ocultó pruebas" y no prestó socorro

El autor de un atropello con una víctima mortal ocurrido hace tres años en Vilagarcía de Arousa (Pontevedra) ha alegado este martes, en el juicio celebrado en el Juzgado de lo penal número uno de Pontevedra, que huyó porque había mucha gente y tuvo miedo.

Pablo B. G., conocido como "Casti", ha asegurado que no quiso atropellar a Manuel Abalo, pero que se despistó y no logró esquivarlo, de forma que luego siguió circulando por la Avenida de la Marina, en Vilagarcía de Arousa, sin detenerse porque no pensó que le había hecho tanto daño como para matarlo. Además, miró por el retrovisor, vio que había mucha gente, por lo que tuvo miedo y huyó.

El acusado conducía el Audi A4 que arrolló a Manuel Abalo en la madrugada del 11 de mayo del 2008 cuando transitaba por un paso de cebra de la vilagarciana Avenida de La Marina. "Estaba cambiando la música y hablando con mis compañeros y de repente levanté la cabeza y vi a varias personas en medio de la carretera, giré a la izquierda para esquivarlos y le golpeé a uno con el espejo retrovisor. No frené porque tenía miedo a llevarme por delante a más gente, fue todo muy rápido", declaró Pablo B. G. ante el juez.

En este punto del relato, su abogada le preguntó "por qué no detuvo el vehículo", a lo que el acusado respondió: "miré por el espejo central y vi a 20 o 40 personas gritando y creí que me iban a matar".

Velocidad y condiciones lumínicas

Respecto a la velocidad, dijo que no circulaba a más de 50 kilómetros por hora, aunque amigos que iban con él le pidieron que fuese más despacio, y también varios testigos declararon que el coche iba tan rápido que a Manuel Abalo no le dio tiempo de acabar de cruzar el paso de peatones, de forma que lo pilló en la mitad.

Se planteó también si la vía estaba suficientemente iluminada y unos dijeron que sí y otros que no, pero en todo caso la abogada de Pablo B. G. insistió en destacar que tras este suceso, y otros atropellos que sucedieron en Vilagarcía, fue cuando el Ayuntamiento adoptó medidas de seguridad vial, elevando los pasos de peatones e instalando más puntos de luz.

Reclamación del padre

Pese a todo, el padre de Manuel Abalo ve una clara intención en el atropello, y cree que la ley debería abordarlo de otro modo. "Todos somos conductores y nos equivocamos, pero en un caso como este, en el que va a 100 o 150 kilómetros por hora, hace todo lo posible para ocultar todas pruebas y ni siquiera para a socorrer al herido, yo creo que tiene que haber una ley para unas cosas y otra ley para otras. Yo creo que aquí fue premeditado y que esto es un asesinato", denunció el padre.

Conducción temeraria y homicidio por imprudencia grave, así lo ve la fiscal, lo que podría traducirse en no más de cuatro años de prisión. La acusación particular, por su parte, entiende que el castigo debe ser mayor y elevarse a 12 años de prisión.

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