Si toda una baronesa Thyssen amenaza con encadenarse a un árbol para que no trasladen los 29 que dan sombra a su museo, qué harán los ecologistas para salvar a un centenar.

Ésa es la cifra de ejemplares que previsiblemente morirán tras el trasplante proyectado en la reforma del eje Prado-Recoletos, según los expertos en botánica consultados ayer por 20 minutos.

Tanto el profesor de biología vegetal de la Complutense Daniel Sánchez como otro docente de la Escuela de Ingenieros de Montes de la Politécnica, que desea mantenerse en el anonimato, aseguran que de los 450 árboles que serán reubicados, sólo el 75% tiene posibilidades de sobrevivir al trasplante. Peligra uno de cada cuatro.

El PP y la baronesa

No piensa igual Pilar Martínez, concejala de Urbanismo, que ayer negó que la arboleda corra riesgo. Tras tachar a Carmen Cervera de "caprichosa e intolerante" por criticar un proyecto al que el patronato del Thyssen "no presentó alegaciones", la edil anunció una reunión inminente con éste.

Entre las instituciones y colectivos afectados, sólo aplauden la reforma el Ministerio de Sanidad (si respetan los árboles) y el Ritz. Vecinos y comerciantes se oponen. El resto –Casa de América, Botánico, Palace, Prado, Reina Sofía, Bolsa, Biblioteca Nacional y Banco de España– no quiso posicionarse.

Un árbol es difícil de trasplantar.  Los chiquitos vivirán, pero los mayores se van a morir.

Y si ya estaban enfermos, ¿por qué no los talaron antes?.

Este plan previsto por el Ayuntamiento me parece una gran burrada.

El paseo del Prado es una arteria muy socorrida, y si reducen el tráfico aquí, ¿dónde lo van a poner?.

Yo quiero que se quede todo como está. Me da pena que se carguen los árboles y el corazón de Madrid.

Deberían abandonar esta opción y buscar una solución subterránea.

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