A algunas, se les agota la paciencia, como le pasó a Mari, nombre figurado de una bilbaína  muy real de 46 años que se separó hace dos de su marido, ludópata, con el que llevaba casada más de 20 años.

«Me la volvió a hacer. Se jugó otra vez nuestro dinero. Ya no pude más, me fui a una abogada y le pedí la separación», cuenta Mari. Por razones parecidas o diferentes, 660 vizcaínas, 236 guipuzcoanas y 172 alavesas interpusieron en los tribunales vascos una demanda de separación o divorcio el mismo año que Mari, en 2004.

En total, las vascas interpusieron 1.068 demandas, y los vascos, 630, lo que da un total de 1.698 presentadas por uno de los dos cónyuges. A éstas hay que añadir las 2.298 demandas de mutuo acuerdo y otras en las que no consta el demandante, para llegar a las 4.144 separaciones y divorcios que hubo en Euskadi en 2004.

La mayoría (55,4%) de las rupturas matrimoniales son de mutuo acuerdo, una vía que permite una separación más rápida y pacífica.

Son los datos de 2004, el último año al que llega el INE. En sus estadísticas, diferencia los procesos judiciales de separación y de divorcio.

Ahora, con la nueva ley del divorcio, que permite divorciarse sin necesidad de separarse previamente, las demandas de separación casi ya han pasado a la historia. De hecho, desde que entró en vigor esta ley, el pasado julio, las demandas de separación han caído en picado en Euskadi.

El séptimo puesto en divorcios

Con 1.631, Euskadi fue la séptima comunidad con más divorcios en 2004. La lista la encabezan Cataluña, con 7.754, y  Andalucía, con 5.452. En total, los tribunales españoles dictaron 57.416 sentencias de separación. En nulidades matrimoniales, procedimiento costoso y difícil  que juzga un tribunal eclesiástico y que anula la boda religiosa, estamos en los puestos medios. En 2004, la Iglesia anuló tres matrimonios en el País Vasco, los mismos que en Comunidad Valenciana, Castilla y León, Melilla y Aragón.