Doce años después de que se empezara a generalizar el uso del móvil, todavía hay puntos oscuros donde los terminales no tienen cobertura, tanto en Barcelona ciudad como, sobre todo, en el resto de Cataluña. Además, la transferencia de datos a través de los teléfonos y la conexión a Internet han hecho que la red se sature y tenga una respuesta peor. En este contexto, la ciudad se ha asegurado ser la capital mundial del móvil hasta el año 2018 .

El uso cada vez más generalizado de los teléfonos inteligentes contribuye a saturar la red. El intercambio de mails y de fotografías hace que la cobertura se colapse. Esta es una de las conclusiones a las que ha llegado el Colegio de Ingenieros Técnicos y Peritos de Telecomunicación de Cataluña, que ha elaborado un informe en el que se destaca el problema de cobertura que todavía hay en Cataluña, sobre todo, en verano.

Sin infraestructura

Cuando la cobertura se colapsa, se hace más difícil poder hablar por el móvil. Hay puntos de Cataluña donde todavía no hay repetidores para que puedan funcionar los terminales. Así lo confirma el responsable de Telecomunicaciones y Transportes de CCOO en Barcelona, Jaume Álvarez, y constata que hay pueblos donde todavía no hay repetidores para poder ver la televisión. En estos municipios, evidentemente, la cobertura de móvil es una asignatura pendiente.

"Puede haber zonas oscuras en Barcelona", aclara Álvarez, pero indica que la conexión con el teléfono de emergencias sí que está tendido en todo el territorio, incluso en puntos alejados de montaña. Ahora bien, una cosa es poder hablar por el móvil (tecnología GSM) y otra es la capacidad de poder transmitir información a través del terminal (tecnología 3G). En el primer caso, según los técnicos, hay cobertura en prácticamente toda Cataluña. En el segundo, en algunas zonas del Pirineo, en ciertos valles y en determinados puntos aislados de montaña todavía no se pueden transferir datos.

Millones para el congreso

La Generalitat catalana, el Ayuntamiento de Barcelona y el Gobierno central aportarán 90 millones de euros hasta 2018 para el Mobile World Congress de la capital catalana. En noviembre se establecerá una sede central para la fundación que lo gestionará, ubicada cerca de Portal del Ángel. También se harán exposiciones, un festival y otras actividades. Se prevé que la feria genere un impacto económico de 3.500 millones en seis años.