Los operarios de la adjudicataria se encargan de la retirada de los restos orgánicos animales, y para ello activan un protocolo específico que permite a la empresa actuar con las necesarias condiciones de seguridad y salubridad que marca la normativa para la eliminación de animales muertos.

Por ello, si el animal se encuentra en la vía pública, las brigadas especiales de acción inmediata avisan al 112 y al Seprona. Los trabajadores de Inusa deben actuar de forma "coordinada" con esta autoridad y "trasladar el cadáver en una bolsa de plástico hasta la cámara frigorífica ubicada en el centro de tratamiento de residuos, donde permanecerá a la espera de que sea retirado por una empresa autorizada para su incineración".

Los operarios activan este protocolo con perros y gatos atropellados o aves aunque a lo largo del presente año también han encontrado cabras, zorros y hasta un avestruz, un caballo y una iguana.

Inusa ha recordado a los dueños de animales domésticos que la forma correcta de deshacerse de los cadáveres pasa por contactar con un veterinario titulado que les indicará el modo y lugar en el que pueden depositar el cuerpo. HASTA 2.000

Euros de sanción

De este modo, los ciudadanos que dejen en la vía pública o en los contenedores de basura animales muertos, además de poner en peligro la salud pública, cometen una infracción "muy grave" tipificada en la Ordenanza Municipal de Limpieza que lleva aparejada una sanción de hasta 2.000 euros.

En el caso de los animales que aparecen en las playas, existe otro protocolo específico creado por Inusa en el año 2009 para la retirada de grandes cetáceos y otros animales marinos.

Por otra parte, si los animales están varados en la orilla —tanto si están muertos como si aún viven— los operarios de limpieza deben llamar al SEPRONA, a la policía o al Operativo especial de playas del Ayuntamiento, y al encargado de servicio de playas de Inusa, que dará conocimiento a los departamentos correspondientes.

Cuando es la policía la que da aviso a Inusa para que vaya a recoger un animal muerto en la orilla del agua o en la arena, la empresa procede directamente a su traslado a la cámara frigorífica del Centro de Tratamiento de Residuos hasta que sea recogido por un gestor autorizado.

Además de animales muertos, los operarios de Inusa han encontrado otras "cosas curiosas" entre la basura aunque, por lo general, son los vecinos los que alertan a la adjudicataria cuando, por error, arrojan objetos de valor, llaves o material confidencial a los contenedores.

En estos casos, Inusa queda con el ciudadano para que acuda a la hora de la recogida y pueda buscar su objeto perdido, según han explicado fuentes de la concesionaria. En el caso de que el contenedor ya se hubiera recogido, Inusa facilita el teléfono de las empresas encargadas de reciclar los materiales, para que el ciudadano pueda ir a sus instalaciones.