'Salvemos Las Tablas ¡YA!' ha hecho entrega a la 'Marcha Indignada del Sur', a su paso por el Parque Nacional de las Tablas de Damiel (Ciudad Real), de una carta en la que muestra su indignación por las recientes noticias de la contaminación de sus aguas y por la "poca implicación" de las diferentes administraciones en la defensa de este Parque Nacional.

La marcha, según ha informado 'Salvemos Las Tablas ¡YA!' en nota de prensa, llegó el pasado viernes al Santuario de Las Cruces en Daimiel procedente de Ciudad Real y, por la tarde, integrantes de dicha marcha junto a personas del colectivo se acercaron a conocer el Parque Nacional.

Tras esta visita, 'Salvemos Las Tablas ¡YA!' hizo entrega de la carta que fue recibida con una "abrazo colectivo" por los integrantes de la marcha, que continúa su andadura hacia Madrid con el compromiso de difundir la situación de Las Tablas y ayudar a este colectivo en la defensa de un Parque Nacional.

Contenido de la carta

En cuanto al contenido de la carta, 'Salvemos Las Tablas ¡YA!' muestra su indignación ya que "de nuevo" Las Tablas están contaminadas, por tenerse que enterar de la situación por la prensa en vez de por boca de sus responsables o por "tantos costosos" proyectos, planes, informes y estudios sobre Las Tablas que no se cumplen ni se tienen en cuenta "quedando en papel mojado".

Igualmente, muestra su indignación por el hecho de que las diferentes administraciones "diluyen sus responsabilidades" entre ellas, quedando "abandonado" este humedal "a su suerte" o debido a que "continuamente" se les boicotea en su derecho a la participación y a la libertad de expresión.

También muestra su indignación con el Patronato de las Tablas, del que dice que "no funciona" y "ningunea" a los críticos o ya que no se respeta ni se pone en valor el patrimonio cultural, los oficios artesanales y la sabiduría de las gentes que vivieron en el lugar.

Finalmente, también muestra su indignación por las "continuas" promesas de visitantes oficiales "que se hacen la foto" paseando en barca y luego se convierten "en palabras vacías" y por no poder ir al río Guadiana sentarse en la ribera bajo un álamo, oír a los pájaros cantar y el rumor del agua.