Humilde, discreta y fiel. La definen los mismos atributos que a su novio, Rafael Nadal. Ambos comparten origen y entorno en Manacor (Mallorca). María Francisca (ella prefiere ese nombre al apodo por el que es conocida, Xisca) llegó a la vida de Nadal como la amiga de su hermana pequeña, Maribel, cuando ella tenía 14 años y él 17. Empezaron a salir dos años después.

En 2006 una revista publicó las primeras imágenes de la pareja en una playa mallorquina. Entonces ella tenía 17 años y era una jovencita más, tan normal en todas las facetas de su vida (en su forma de vestir y en su vida diaria) que no destacó en la prensa. Es hija única; su padre es un constructor, Bernat Perelló, y su madre, una funcionaria local, María Pascual. Su prima, María Perelló Limones, dice: "No es la típica chica tonta interesada por el glamour y la fama".

Nunca ha dado una entrevista. Si le molestó ver a su novio retozando con Shakira en un videoclip o los rumores que le emparejaban con la tenista danesa Caroline Wozniacki, nadie lo ha sabido.

Su lugar está en la grada, allí la hemos visto crecer en elegancia en torneos de medio mundo, compartiendo los éxitos de su novio y sufriendo sus derrotas. Fue uno de sus grandes apoyos en el fatídico 2009, cuando Nadal se lesionó y sus padres se divorciaron. Ahora, a sus 22 años y licenciada en Administración y Dirección de Empresas, María Francisca marca tendencia.

Según han pasado los años, Xisca ha cambiado camisetas y vaqueros por camisas, rebecas de manga francesa, pantalones de vestir y un estilo más chic, a veces urbano, con cazadoras y pantalones ajustados, y en otras ocasiones, más casual. Eso sí: la comodidad es su constante y raras veces  usa tacones. Hay quien dice que en verano todavía se la puede ver comprando el pan con chanclas.