Los ingenieros de Bilbao se colocan en sólo cuatro meses

Una vez titulados, ganan un sueldo inicial de entre 1.200 y 1.500 euros. Las propias empresas acuden a buscarlos.
Encontrar trabajo deja de ser un problema si el que busca está a punto de terminar la carrera de ingeniero en la Escuela de la UPV en San Mamés. Son casi la única excepción. Con el título en la mano, los alumnos tardan una media de cuatro meses en encontrar trabajo. Y su sueldo inicial dista mucho de lo que estamos acostumbrados a encontrarnos, ya que, según Enrique Amezua, director de la escuela, «suele oscilar entre los 1.200 y los 1.500 euros».

De hecho, ni buscan. Son las propias empresas las que acuden al centro a encontrar nuevos talentos. En la primera semana de abril, un total de 35 entidades participaron en las VII Jornadas de Empleo con el objetivo de incorporar a sus plantillas a los mejores.

Para Amezua, la razón de que esto suceda es el trabajo en la propia universidad. «Aquí los introducimos en una dinámica parecida a la que luego se van a encontrar en las empresas, por eso salen preparados y vienen a buscarlos», explica.

Las prácticas antes de terminar la carrera juegan un papel fundamental en la preparación. Así, la mayoría de los futuros ingenieros aprovechan el último curso para compaginar el proyecto de fin de carrera con una beca a media jornada en una empresa. Además, el 40% de los alumnos que hacen prácticas terminan trabajando en la misma empresa, resalta el director.

También es habitual que pasen su quinto y último curso en alguna universidad extranjera. Los que no salen ni optan por hacer prácticas se dedican a colaborar con la propia escuela en algún proyecto de investigación. «Otra buena manera de completar su formación».

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