Diez escritoras y cineastas reúnen sus cartas personales en 'No se lo cuentes a nadie'

  • Diez mujeres, ocho escritoras y dos cineastas, buscan recuperar las cartas y el amor por lo literario en 'No se lo cuentes a nadie'.
  • Son conversaciones en voz baja, entre dos, con confesiones íntimas y sinceras como ya hicieran autores como Borges y Bioy Casares o Goethe y Schiller.
Recuperar las cartas en la era de Internet.
Recuperar las cartas en la era de Internet.
SERGIS BLOG/FLICKR
Recuperar las cartas en la era de Internet.

"Espero que cuando recibas estas líneas te encuentres bien". Esta frase que ha dejado antigua Internet era la forma de comenzar una carta, una forma de relación íntima y verdadera que han recuperado ahora díez mujeres, ocho escritoras y dos cineastas, en el libro de misivas No se lo cuentes a nadie.

Cristina Peri Rossi, Diana Patricia Decker, Liliana Heker, Elena Bossi, Isabel Núñez, Elena Vilallonga, Esmeralda Berbel, Lydia Zimmermann, Alejandra Costamagna y Andrea Palet son las autoras, de ambos lados de la orilla, que se han carteado durante un año y cuyas misivas han reunido en No se lo digas a nadie, publicado por Demipage.

Una conversación en voz muy baja, entre dos -cada una ha elegido a su interlocutora-, en la que ellas hablan de su día a día, de las circunstancias personales y sociales, de la ciudad en la que viven, de sus amores, frustraciones, dudas, certezas, películas, lecturas, autores, arte, desamores, de sus hijos; de la vida y de la muerte.

"Algo más que facturas"

Y una de las protagonistas que más se desnuda en estas cartas es la poeta y narradora uruguaya Cristina Peri Rossi, afincada en Barcelona durante años, quien se cartea con su compatriota Diana Patricia Decker.

"En seguida acepté este carteo, explica la autora, porque añoro mucho ir al buzón y ver que tengo algo más que facturas. Amo los sobres y las letras, y aunque uso Internet y las redes sociales, esta relación tan particular que se da en la carta es imposible mantenerla en la red, y cito a Macluhan, cuando decía que el medio es el mensaje, y yo digo que el tiempo y la intimidad que exige la carta es contraria a internet".

La autora de El amor es una droga dura se muestra muy franca en estas cartas, porque si no sería una impostura y ficción, aclara, y establece una relación confidente, de complicidad y muy literaria con Diana Patricia, y viceversa.

Cristina escribe a Diana: "Te escribo a la peor hora de la soledad para mi: la noche. Siempre fue igual. Aguanto perfecto la soledad hasta que oscurece, ahí necesito compañía, lo más íntima posible, y si no, multitudinaria, me da igual. En Montevideo a esa hora me largaba a la calle, a caminar hasta que se pasara la hora del lobo".

Y Diana le contesta: "Bueno, espero que hayas dormido. Aunque no es para menos: estás en pleno duelo y creo que no se puede acabar un gran amor sin dolor ¿verdad?". Hace poco leí el último libro de Gail Caldwell sobre la muerte, debido a un cáncer fulminante, de su mejor amiga, Caroline. Lo escribió porque quería explorar la amistad que las unía y de qué manera esta amistad había cambiado su vida".

Amor a la literatura

Peri Rossi considera que este libro recupera, además, el amor a la literatura. "Era muy necesario porque epistolarios entre hombres ha habido muchos a lo largo de la historia, como los Goethe y Schiller, Borges y Bioy Casares, entre otros, pero ese concepto de 'amiga intima' va mejor con la mujer, que es capaz de mezclar temas, y hablar de la literatura, pero también del amor, de los hijos, de la amistad, de los amantes", dice.

Para la coordinadora del proyecto y prologuista del libro, Esmeralda Berbel, este proyecto une el deseo de reivindicar las cartas y el amor por lo literario.

"En tiempos de Internet, en los que se acaba con un tipo de escritura con un destinatario reflexivo y de muchos libros de ficción, tenía la necesidad de juntar a varias creadoras para que conversasen en privado de forma honesta y sincera", aclara.

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