"Tenía la sensación de formar parte de un Tribunal secuestrado". Son palabras del vicepresidente del Constitucional, Eugeni Gay, quien junto con los magistrados Javier Delgado y Elisa Pérez ha presentado su renuncia para tratar de forzar la renovación del Alto Tribunal, atascada desde hace años. El TC vive ahora una situación sin precedentes.

Gay presentó su dimisión en una carta firmada el pasado miércoles 8 de junio al presidente del Constitucional, Pascual Sala, y en ella señala que se ha "contravenido la Constitución" al retrasarse durante tanto tiempo la renovación del Tribunal.

"La Constitución se ha visto incomprensible e inaceptablemente reducida a causa del manifiesto incumplimiento por parte del Senado de su ineludible obligación" de renovar el tribunal, señala el magistrado. También recuerda que todavía no se ha cubierto la vacante dejada por Roberto García Calvo, fallecido en mayo de 2008, algo que "no había ocurrido en los 31 años de historia de este Tribunal cuando, lamentablemente, se produjeron similares circunstancias".

El aún vicepresidente del Constitucional (Pascual Sala debe aceptar su renuncia para que sea efectiva) afirma que durante el mandato de su antecesora, María Emilia Casas, insistió muchas veces "de manera infructuosa" en la necesidad de dirigirse al presidente del Senado y a los responsables del PSOE y del PP "para que dieran cumplimiento al mandato constitucional" y renovaran a los magistrados designados por la Cámara alta. "Lamentablemente no llegó a hacerse, por lo que en numerosas ocasiones me oísteis decir que tenía la sensación de formar parte de un tribunal secuestrado", añade Gay, que recuerda que la sentencia que resolvía los recursos contra el Estatut de Cataluña se dictó con los cuatro magistrados nombrados por el Senado en funciones, lo que motivó las protestas de la Generalitat y del Parlamento catalán.

En un escrito más breve fechado en este 13 de junio, el magistrado Javier Delgado justifica su decisión recordando que "la Constitución ha establecido un período de nueve años para el ejercicio del cargo de Magistrado del Tribunal Constitucional, período este que en mi caso ha transcurrido ya muy sobradamente, pues no se ha respetado el mandato constitucional de renovación por terceras partes cada tres años"

"He de destacar que las cosas salen mejor cuando se cumple la Constitución y salen peor cuando no se cumple", indica Delgado.

Por su parte, Elisa Pérez también recuerda que han pasado "más de seis meses" desde que expirase su nombramiento como miembro del Tribunal Constitucional, por lo que se ve "en la obligación" de presentar su renuncia.

Pérez señala en su carta que ha tomado "una decisión muy meditada que responde ante todo a motivos institucionales", aunque también cita "motivos personales en los que no procede entrar".