Los beneficiados de este plan de ayudas contra el feísmo serán los propietarios de viviendas unifamiliares ubicadas en las zonas rurales de Galicia. El objetivo del Gobierno autonómico es que los dueños rematen todas aquellas obras que están a medio hacer en las fachadas y exteriores de sus casas.Para acogerse a estas subvenciones la unidad familiar no podrá superar los 1.200 euros de renta al mes y la Xunta sólo financiará el 30% del gasto que supongan las obras que precise la casa. Además, la reforma tendrá que ejecutarse en tres meses, la vivienda no podrá tener más de 15 años y deberá estar ubicada en un núcleo de entre 500 y 1.500 habitantes.