El presidente en funciones de Castilla-La Mancha, José María Barreda, se ha referido al cambio de signo político que ha afrontado esta Comunidad Autónoma, durante su intervención en el último acto institucional del Día de la Región como responsable de la misma, y ha precisado que "esto no era ni es un régimen dictatorial sino una democracia joven que hacía camino al andar y ha conseguido hacerlo con paso firme".

Durante su intervención en el Teatro de Rojas de Toledo, en presencia del presidente de las Cortes generales, José Bono; de las regionales, Francisco Pardo; del alcalde de la ciudad, Emiliano García-Page, y de la que será su sucesora en el cargo, María Dolores de Cospedal —que seguía el acto sentada en la primera fila— Barreda ha apelado a la "pedagogía de la convivencia sin demonizar al adversario" que debería primar entre quienes tiene responsabilidad política.

Para ello, ha abogado por "no tensionar la convivencia de los ciudadanos sino facilitarla" en adelante, y se ha comprometido, como ha adelantado en alguna otra ocasión estos últimos días, a no hacer "nada que pueda perturbar un traspaso de poderes que debe tener como consecuencia un proceso de alternancia, cuya posibilidad es inherente al ejercicio democrático".

"La esencia de la democracia es la voluntad popular libremente emitida y, por lo tanto, como consecuencia de ello, la posibilidad de la alternancia; y tan democráticos eran los resultados anteriores como lo han sido ahora, cuando los ciudadanos libremente han dado un apoyo mayoritario al PP".

José María Barreda ha incidido en que este proceso democrático, que tomará cuerpo institucional y político en las próximas sesiones en las Cortes "es normal y forma parte de las reglas del juego que hay que respetar cuando se gana y cuando se pierde".

En cualquier caso, el todavía presidente de la Comunidad Autónoma, que ha empezado su intervención enviando "un abrazo muy fuerte y muy cariñoso" a cada uno de los presentes -que le han recibido con un largo aplauso— ha querido rememorar el origen de este día 31 de mayo, justo el mismo que en 1983 se reunieron las primeras Cortes regionales y "cristalizaba la voluntad popular".

Tuvimos un sueño y luchamos

Era un momento, ha dicho, en que "todo era nuevo" y en el que el expresidente de la región, José Bono, "se encontró con que todo estaba por hacer". Ahora "podemos mirar atrás y sentirnos orgullosos, tuvimos un sueño y luchamos por hacerlo realidad, todo estaba por hacer y hemos hecho muchas cosas con el esfuerzo de los pioneros".

Ha repasado José María Barreda cómo se inició el proceso de transferencias, como esta territorio ha "dejado de ser el patio trasero de Madrid" y como ha "avanzado con paso decidido y propio" con el compromiso de conseguir que la autonomía "fuera útil a los ciudadanos y fecunda para la región", consiguiendo mejorar "mucho" la educación, el bienestar social y la sanidad con una inversión "nunca antes" realizada en esta tierra.

En el último cuarto de siglo, ha subrayado Barreda, Castilla-La Mancha ha dado un "salto cualitativo" y ha pasado "de abuelos y padres analfabetos a hijos e hijas universitarios", a conseguir regadíos e incluso mejoras en el ferrocarril. "El conjunto de la sociedad, y entre todos, hemos dejado atrás el desierto de la resignación y del ir tirando", ha valorado.

Sin embargo, ha matizado, ha sido en 2011 cuando "el calendario ha querido que se celebre el Día de Castilla-La Mancha tan solo nueve días después de las octavas elecciones regionales". En las siete primeras ganó el mismo partido político, el PSOE, con 21 años de José Bono como presidente y siete con él en esa responsabilidad. "En estas últimas ha ganado el PP y previsiblemente Cospedal será elegida presidenta, la felicito por adelantado", ha aseverado José María Barreda.