Skármeta muestra en su última novela la "imaginación" con que los chilenos "desplazaron" la dictadura

La firma de ejemplares es un momento "de mutuo reconocimiento que expresa el anhelo de reconstruir una tribu más humana"
El Escritor Antonio Skármeta
El Escritor Antonio Skármeta
EUROPA PRESS
El Escritor Antonio Skármeta

El escritor chileno Antonio Skármeta muestra en su última novela, 'Los días del arcoíris' (Planeta), la "imaginación" y "pacifismo" con que los chilenos "desplazaron" la dictadura de Augusto Pinochet con la implantación de la democracia en el país a comienzos de 1990.

En un encuentro con los periodistas celebrado este sábado en el Hotel Inglaterra de Sevilla, Skármeta, que posteriormente ha mantenido otra reunión con los lectores en la Feria del Libro de la capital hispalense, ha manifestado que esta novela narra "la fuerza de la imaginación que ejercieron artistas y publicistas para producir cambios libertarios en una sociedad represiva" como era la existente durante el régimen dictatorial chileno.

En este sentido, ha señalado que este hecho fue posible en Chile en 1988, cuando Pinochet, "el dictador emblemático conocido universalmente como el prototipo del dictador indeseable, escenificó un plebiscito con la certeza de que lo iba a ganar", mientras que, en respuesta a esto, el pueblo hizo una campaña para que se votase "no al dictador", lo que consiguió "de una manera pacífica, creativa, llena de humor, de gracia, de esperanza de futuro y de ansia de libertad", seduciendo así a los chilenos y animándolos a ejercer la democracia.

Al hilo, Skármeta ha mencionado que, en 'Los días del arcoíris', hay una línea que cuenta "la exitosa campaña publicitaria que hicieron los artistas chilenos para convencer a quienes tenían miedo a la libertad, que trae progreso y no, como decía Pinochet, caos". Todo esto, porque en el plebiscito de 1988 había en el país chileno "unos pocos indecisos temerosos" a la hora de dar su voto para los que los publicistas tuvieron que emitir "un mensaje que los convenciera".

De esta forma, uno de los protagonistas de la novela, Nico, un chico de 16 años, da cuenta de lo que está pasando durante la represión y cómo sus profesores "confrontan al régimen con ingenio, ternura y solidaridad". Además, ha comentado Skármeta, "me gusta mucho trabajar con personajes jóvenes, e incluso, a veces le doy la voz narradora a un joven porque permite una versión más fresca y menos ideologizada de los hechos".

Sentimiento de fraternidad

Al respecto, el novelista chileno ha recordado la movilización estudiantes de 2006 en el país chileno, la llamada "marcha de los pingüinos", una marcha que "consiguió reformas" y cuyos integrantes "siempre estaban dispuestos a salir a la calle bajo un sentimiento de fraternidad", el mismo que existió en 1988.

De este modo, Skármeta ha hecho hincapié en que "hay que profundizar en la democracia" y son los estudiantes de 16, 17 y 18 años, ha dicho, los que han llamado a esto, los que han llenado las calles en plena democracia y han conseguido reformas, agregando que "es la gente que está más alerta y es la más maravillosa", puesto que "no tienen nada de ese escepticismo ni de ese cinismo que tiene la gente cuando se hace un poco mayor".

Asimismo, el autor de 'Los días del arcoíris' ha expresado que la democracia en Chile se ha conseguido gracias a los "héroes silenciosos", aquellos que "nadie sabe que son héroes porque tienen conductas dignas y nobles pero no se las cuentan a nadie", y es que, los chilenos "aguantaron el chaparrón apretando los dientes pero siguieron pensando y moviéndose con la idea de la libertad, no dejaron que la bruma los agotara y, en cuanto salió la posibilidad activa de salir a decirle no al dictador, salieron con alegría, con humor, con gracia, con arcoíris".

Para Skármeta, en la República de Chile la democracia está "tan establecida que los ciudadanos se sienten cómodos para probar otro tipo de mercadería", es decir, "distintos énfasis", como ocurrió el pasado año cuando tomó posesión como presidente del Gobierno de derechas Miguel Juan Sebastián Piñera. A esto, el escritor ha añadido que el gobierno de centro izquierda "fue tan exitoso, que no creo que un gobierno de centro derecha pueda apartarse demasiado de esas líneas sin que los votantes lo castiguen".

No obstante, ha apuntado que la democracia en ningún caso debe convertirse en "abúlica", puesto que en una democracia "anquilosada vienen los mesías y los populistas que revuelven la mente y que alborotan todo". Por eso, ha comentado, "es bueno que haya movimiento y que cuando la gente sienta que la cosa está un poco cansina ponga una inyección de ganas".

Mutuo reconocimiento

De otro lado, Skármeta ha argumentado que la celebración de la Feria del Libro "no solamente es positiva", sino que, con la situación actual de piratería y aumento de información en Internet, "la gente desea cada vez más un trato íntimo con el objeto libro y conocer al autor". Así, ha continuado, el momento de la firma de ejemplares es un momento "de mutuo reconocimiento que, a mi modo de ver, expresa el anhelo de reconstruir una tribu más humana y más alejada del chirriante ruido de la modernidad".

Por último, el novelista chileno ha explicado que no piensa que en estos momentos haya un "boom" de la literatura hispanoamericana como el de los años 60. Más bien, lo que ha hecho esta literatura es "seguir cosechando frutos después de haber establecido un imaginario que tiene que ver con la historia y la sensibilidad latinoamericana", y ha concluido diciendo que "los premios como el Nobel de Literatura concedido al peruano Mario Vargas Llosa no se ganan como quien tira un fuego artificial, sino que son el producto de toda una vida".

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