A partir de ese momento, la mente del ingeniero madrileño desconectó de la realidad, y se sumergió en una nebulosa.
"Sólo recuerdo que a mi lado dormía una chica joven (…), tengo curiosidad por saber quién me sacó del vagón", ha declarado a 20minutos.es Luis Ledesma.
El ferrocarril había colisionado frontalmente con un mercancías en un tramo de vía única, dejando un balance siniestro: 19 personas murieron y otras 48 resultaron heridas.
Ledesma se encontraba entre los más graves: ocho costillas rotas, un hematoma cervical, piernas y brazos afectados… cuatro días en la UVI y siete meses de baja dieron fe de ello.
Lo peor viene después
"Lo normal es estar mal uno o dos años (…), es normal tener cuadros de ansiedad, o sentimientos de culpa durante ese periodo", ha asegurado Teresa Hernández Pagán, jefe del Equipo de Respuesta Inmediata de Emergencias (ERIE) de Apoyo Psicológico de la Cruz Roja de Murcia.
Sin embargo, y pese al calvario de dolores que tuvo que pasar en los meses posteriores al accidente, Ledesma se siente afortunado de no haber sido consciente durante el drama.
“No sufrí psicológicamente (…), lo peor lo tuvieron que soportar mis familiares y amigos, que pudieron ver en la televisión las imágenes dantescas”, ha asegurado Ledesma.
Desesperación en la lejanía
"Estaba viendo una serie a las 11.30 de la noche, cuando de repente salió un cartel en la parte inferior de la pantalla hablando de un accidente de tren en Chinchilla (…), en seguida me llamó mi hija desesperada, porque sabía que en ese tren iba Luis", ha asegurado Domínguez.
A partir de ese momento, comenzaba la “pesadilla” de los familiares de Ledesma.
"Comenzamos a llamar como locos a un teléfono que habilitaron para la ocasión, pero no paraba de comunicar (…), fue todo un cúmulo de despropósitos, RENFE no nos informaba de nada", ha añadido Domínguez.
La primera noticia
"Cuando nos dijeron que estaba vivo, cogimos el coche y nos pusimos en marcha (…), la distancia entre Madrid y Albacete -243 kilómetros- fue un verdadero suplicio, no sabíamos lo que nos íbamos a encontrar", ha matizado Domínguez.
La esposa de Ledesma se encontró a su marido ingresado en la UVI, aquejado de múltiples lesiones, y con la cabeza totalmente desorientada.
"Confundía la televisión con el ordenador, intentaba bajarse de la cama con todos los tubos puestos (...), tuvieron que atarle", ha recordado Domínguez.
Un verdadero calvario
Así de tajante se muestra Domínguez, quien se muestra incapaz de olvidar lo sucedido: “Cada vez que veo las imágenes se me pone un nudo en la garganta (…), nadie puede imaginarse todo lo que lloré”, ha agregado.
Todo sigue igual
Sin embargo, son muchas las voces que demuestran que estos gestos no vinieron acompañados de rectificaciones.
Tal y como ha denunciado estos días el secretario provincial del Sindicato Español de Maquinistas y Ayudantes Ferroviarios (SEMAF) de Albacete, Eugenio Parreño, el trayecto de vía donde se produjo el accidente "está exactamente igual que hace casi tres años".
"La seguridad en esa vía donde se produjo el accidente sigue descansando en la actuación de las personas (…), no está dotada de un bloqueo automático", ha especificado Parreño.
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