Kaurismäki entusiasma a Cannes con la comedia 'Le Havre'

  • El finlandés se ha llevado la mayor ovación del festival junto a 'The artist'.
  • 'El castor' dirigida por Jodie Foster, recupera a Mel Gibson para la gran pantalla.
Aki Kaurismaki posa con sus actores en 'Le Havre' Kati Outinen y Jean-Pierre Darroussin.
Aki Kaurismaki posa con sus actores en 'Le Havre' Kati Outinen y Jean-Pierre Darroussin.
REUTERS/VINCENT KESSLER
Aki Kaurismaki posa con sus actores en 'Le Havre' Kati Outinen y Jean-Pierre Darroussin.

Llegar y besar el santo. Quizás por la falta de cintas de sección oficial a lo largo del día de ayer a excepción de El arbol de la vida de Terrence Malick, el publico de Cannes ha cogido con ganas Le Havre, la nueva proyección de Aki Kaurismäki de esta mañana en el teatro Lumiere y que se ha llevado una sonora ovación para una cinta simpática, más que correcta. No parece que vaya a cambiar el signo de este certamen pero si es cierto que tiene papeletas para colarse en la ceremonia de entrega de premios de este próximo domingo si lo que nos queda en estos últimos cuatro días no es de un nivel excelso.

Le Havre, ciudad portuaria, lugar de paso, es el epicentro de la historia. Y como buen lugar de paso en estos días, también es una plaza en la que no es extraño topar con inmigrantes ilegales de camino a un futuro mejor. De esta manera se encuentran un viejo limpiabotas, habitual de los bares y residente de una zona humilde, con un chico africano, menos de edad, en ruta a Londres. Y en base a esta relación, y al juego que plantea con el resto de vecinos, Kaurismäki pasea durante noventa minutos por las bondades del ser humano, especialmente en situaciones complicadas. Bonito, sí. Difícil de creer, también.

También cuesta creer que Mel Gibson pueda volver a tener un lugar en Hollywood pero Jodie Foster se ha empeñado en conseguirlo. Después de los mil y un altercados de los que ha sido protagonista en los últimos años, el intérprete protagoniza El castor, el retorno de Foster a la dirección después de una quincena de años alejada del trasiego que se mueve detrás de la cámara.

Polémicas aparte, Gibson se había ganado un crédito a lo largo de los años por ser un tipo capaz de funcionar bien tanto en papeles cómicos como en roles más dramáticos. Y precisamente da el pego en El castor, donde interpreta a un hombre en una serie crisis depresiva, que flirtea con el suicidio, y que acaba encontrando en un castor de peluche una vía para refugiarse y poder afrontar sus problemas. La propuesta de Fosters es interesante, en gran parte por rescatar para el cine al otrora director de Braveheart.

Estreno en serie

La Semana de la crítica puede ser la sección con menos renombre pero es un caramelo para cualquier director novel. No en vano, esta pensada como espacio para la difusión de nuevos talentos y sólo se permite su concurso a realizadores que exhiban su primera o segunda película. Juan Carlos Fresnadillo, por ejemplo, inauguró la muestra hace ya unos cuantos años con Intacto. Ayer le tocó el turno a Snowtown, una cinta ya premiada en Australia y que cuenta la historia real de un asesino en serie.

Cruda, sin lugar a concesiones en algunos momentos, remite incluso al Henry de John McNaughton en ciertos pasajes bastante desagradables. Pero funcionar, funciona, y sino que le pregunten a algunas de las personas que no fueron capaces de aguantar el festival de torturas animales y mutilaciones. Pero donde más aterra la cinta, violencia explícita a un lado, es en el retrato del asesino, un tipo en apariencia bonachón, de ideas ciertamente torcidas y que solo necesita un poco de cuerda para que nos enseñe por donde van a ir los tiros... En definitiva, un debut notable del australiano Justin Kurzel al que no hay que descartar para años venideros.

Quizas por la falta de cintas de seccion oficial a lo largo del dia de ayer a excepcion de El arbol de la vida de Terrence Malick, el publico ha cogido con ganas Le Havre, la nueva proyeccion de Aki Kaurismaki de esta manana en el teatro Lumiere y que se ha llevado una sonora ovacion para una cinta simpatica, mas que correcta. No parece que vaya a cambiar el signo de este certamen pero si es cierto que tiene papeletas para colarse en la ceremonia de entrega de premios de este proximo domingo.
Le Havre, ciudad portuaria, lugar de paso, es el epicentro de la historia. Y como buen lugar de paso en estos dias, tambien es un lugar en el que no es extrano topar con inmigrantes de camino a un futuro mejor. De esta manera se encuentran un viejo limpiabotas, habitual de los bares y residente de una zona humilde con un chico de camino a Londres. Y en base a esta relacion, y al juego que plantea con el resto de vecinos, Kaurismaki pasea durante noventa minutos por las bondades del ser humano, especialmente en situaciones complicadas. Bonito, si. Dificil de creer, tambien.
Estreno en serie
La semana de la critica puede ser la seccion con menos renombre pero es un caramelo para cualquier director novel. No en vano, esta pensada como espacio para la difusion de nuevos talentos y solo se permite su concurso a realizadores que exhiban su primera o segunda pelicula. Juan Carlos Fresnadillo, por ejemplo, inauguro la muestra hace ya unos cuantos anos con Intacto. Y ayer le toco el turno a Snowtown, una cinta ya premiada en Australia y que cuenta la historia real de un asesino en serie.
Cruda, sin lugar a concesiones en algunos momentos, remite incluso al Henry de John McNaughton en algunos momentos bastante desagradables. Pero funcionar, funciona, y sino que le pregunten a alguna de las personas que no fueron capaces de aguantar el festival de torturas animales y mutilaciones. Pero donde mas aterra la cinta es en el retrato del asesino, un tipo en apariencia bonachon, de ideas ciertamente torcidas y que solo necesita un poco de cuerda para que nos ensene por donde van a ir los tiros... En definitiva, un debut notable del australiano Justin Kurzel al que no hay que descartar para anos venider
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