Martirizados por amor, excluidos por las leyes de frontera

Un paquistaní y una indonesia fueron perseguidos por amarse. Ahora esperan una resolución para poder quedarse en España.El amor en tiempos de religiones fanáticas que prohíben su existencia porque uno de los cónyuges es de otra confesión, hasta el punto de condenarlos a muerte.
Imran quiere salvar su familia (Foto: Javier Cotera)
Imran quiere salvar su familia (Foto: Javier Cotera)
Javier Cotera
Imran quiere salvar su familia (Foto: Javier Cotera)

El amor en tiempos de fronteras, cuando el asilo es concedido sólo por motivos políticos y las órdenes de expulsión amenazan con separar a una familia para siempre.

Imran Firasat, un paquistaní musulmán, y
Jenny Setiwan, una indonesia de etnia china y budista, se quieren.

No lo han demostrado como se estila en Occidente, con un ramo de flores: a él lo torturaron en una comisaría paquistaní y le amputaron un pulgar; a ella la violaron.

"En Pakistán existe una ley islámica que prohíbe el matrimonio entre un musulmán y una budista", explica Imran.

Se conocieron en 2002 en un centro comercial de Lahore y se enamoraron. "Ella era una chica muy guapa, con rasgos asiáticos", dice orgulloso.

Huía de las matanzas perpetradas contra su etnia en Indonesia en 1998, con la esperanza de llegar a los EE UU.

Vistas las circunstancias, tuvieron un hijo extramatrimonial. Y la condena de sus vecinos fue la de matar al padre de Imran, por consentirlo. La condena del Estado fue "no reconocer nunca a mi hijo, no tiene nacionalidad", dice.

"Sobran inmigrantes"Finalmente, huyeron a Alemania para pedir asilo. La Policía los informó de "que sobraban inmigrantes; el asilo es sólo por motivos políticos".

Tras varios periplos, e intentos frustrados de repatriación, llegaron a España, arropados esta vez por la ONG Cantabria Acoge, en Torrelavega, donde llevan casi un año.

La Administración española "asegura que si un país de la UE ya ha denegado el asilo, no puede concederlo", explica Imran.

Yo no he venido a España por dinero, sólo quiero salvar a mi familia
"Yo no he venido a España por dinero, sólo quiero salvar a mi familia, me dijeron que importan más la relaciones con Alemania que las causas humanitarias".

Afirma que ha recibido amenazas y que si es repatriado a Pakistán, podría ser "condenado a muerte".

Su mujer sería deportada a Indonesia

Mientras tanto, Imran, Jenny, su hijo apátrida y la recién llegada, nacida en España, esperan... Su futuro es incierto. Se les acaba el tiempo. La Secretaría de Estado de Inmigración parece que tiene la última palabra: o el amor en tiempos de fronteras o en tiempos de humanidad.

Permiso excepcional

En el servicio jurídico de Cantabria Acoge, que lleva el caso de Imran y Jenny, aseguran que seguirán "luchando".

La obtención del asilo es imposible al haber sido denegado antes en un país de la UE. La única opción que les queda es un permiso de residencia por circunstancias excepcionales.

Sin embargo, a Imran le caduca el pasaporte el próximo mayo, y si el Consulado de Pakistán le niega la renovación, esta opción podría ser inviable.

Están a la espera de que la Delegación del Gobierno en Cantabria y la Secretaría de Estado de Inmigración en Madrid den una respuesta. En la Delegación aseguraron a 20 minutos "que se resolverá antes de mayo".

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