Agentes del Área de Investigación de la Guardia Civil de Lebrija (Sevilla) han detenido a una auxiliar de un asilo de la localidad y a su hermano por robar joyas a los ancianos del centro y luego venderlas en distintos establecimientos, según ha informado el Instituto Armado en un comunicado de prensa.

Así, fue la monja directora del asilo la que denunció a la Guardia Civil de Lebrija que le habían robado a una residente del mismo. Según sus sospechas, se habían venido produciendo algunos hurtos de joyas y dinero a diferentes ancianas.

Estos hechos los comentaron los ancianos y la dirección no los denunció en su momento pues, según narró la monja a los agentes, al principio pensó que los ancianos habían perdido las joyas o las habían donado a sus familiares y después lo habían olvidado, dada su avanzada edad.

La denuncia del hurto vino motivada porque una anciana del asilo, al parecer, dio un anillo a una auxiliar para que se lo entregara a una nieta suya. Tras el fallecimiento de esta señora, su nieta reclamó el anillo, pues su abuela le había comunicado su intención, y éste había desaparecido.

Los guardias civiles del Área de Investigación del puesto de Lebrija se hicieron cargo del esclarecimiento de los hechos y comenzaron a indagar en los establecimientos de compraventa de oro, tanto en Lebrija como en los pueblos de su entorno. En una de estas joyerías, consiguieron saber que una auxiliar del asilo vendió un anillo el mismo día del fallecimiento de la residente.

El anillo, RECUPERADO

Tras ello, prosiguieron sus investigaciones hasta que llegaron a comprobar que, desde el verano pasado hasta la fecha, tanto la auxiliar del asilo como un hermano suyo habían revendido varias joyas en establecimientos del ramo. Una vez recabadas las pruebas pertinentes, los investigadores de Lebrija detuvieron a M.M.P. y a J.M.P., a la primera por varios supuestos delitos de hurto y al segundo por delitos de receptación, ya que era quien vendía supuestamente las joyas que su hermana le entregaba tras haberlas hurtado a los ancianos.

El anillo de la anciana fallecida fue recuperado y entregado a la nieta de la misma, cumpliéndose así su voluntad, mientras que el resto de las joyas recuperadas también fueron entregadas a sus legítimos propietarios, quienes mostraron su agradecimiento a la Guardia Civil. Otras joyas no se han podido recuperar por haber sido fundidas.