La Fundación Santa María de Albarracín ha concluido los trabajos de restauración de dos tallas procesionales de la localidad zaragozana de Daroca y del retablo de la Virgen del municipio turolense de Torralba de los Sisones.

La Fundación explica en un comunicado que ha afrontado los días previos a la Semana Santa con una gran actividad, ya que debía terminar y entregar trabajos precisamente por su especial uso religioso durante las procesiones.

Así ha ocurrido con las dos tallas procesionales de Daroca, cuyos trabajos comenzaron hace dos meses con la intención de presentarlas en los actos de estas festividades. Se trata de una gran Piedad del siglo XVIII, "de buena factura barroca y un buen policromado", así como un Ecce Homo del siglo XVII, casi de tamaño natural y similares características, pertenecientes ambos a las cofradías que les dan sus nombres.

La restauración de estas obras ha sido promovida por la Fundación Daroca, de similares inquietudes a la Fundación Santa María de Albarracín, y después de estas festividades se abordará la restauración de otras dos tallas procesionales.

En enero se inició la intervención del retablo tardogótico de la Virgen con el Niño, perteneciente a la iglesia parroquial de Torralba de los Sisones. "Es esta una magnifica obra del XV turolense, que se encontraba en muy mal estado a pesar de su valía, y cuya restauración se ha abordado con la promoción del Ayuntamiento, financiado por la obra social de Ibercaja", subraya la Fundación.

Además de asentar su estructura, "quizás lo más sorprendente ha sido la recuperación del colorido de las numerosas tablas pintadas que constituyen este retablo, completando las lagunas y pérdidas que padecía el bien, y que dificultaban su lectura original".

El retablo pretende colocarse en el lugar en el que se encontraba, bajo el coro de la iglesia, aunque en este caso la parroquia ha decidido quitar la pila de bautismo que obstaculizaba su visión, desplazándola a otro lugar del monumento, dada la importancia del retablo.

En Torralba también se ha recuperado una "extraordinaria" talla románica, "considerablemente alterada por xilófagos y numerosos repintes posteriores". Las catas y análisis realizados para su correcta intervención demostraron que pudo poseer un acabado diferente al actual, "pero que se encontraba francamente dañado, bajo la capa más superficial de pintura exterior. Es esta una obra de gran valía que completa las escasísimas obras románicas que posee el patrimonio turolense", explica la Fundación.